Delgadez y salud es lo que distingue a Japón de los demás países. De hecho, es uno de los países con una de las expectativas de vida más altas del mundo. Según Naciones Unidas, en 2023, ocupó el cuarto lugar en el ranking, con 84,9 años, precedido por Mónaco, Hong Kong y Macao.
En primer lugar, es importante diferenciar que el arroz japonés, es diferente al arroz común que se consume en otros países. Su textura permite que se ingiera en porciones controladas y que no se pierda entre los palillos.
Además, se trata de un arroz menos procesado y más natural, lo que lo convierte en una fuente rica en nutrientes como fibras y minerales. Aunque contiene carbohidratos, estos se liberan lentamente en el cuerpo, lo que contribuye a una sensación prolongada de saciedad.
¿Acaso no te genera intriga saber cómo consumen tanto este superalimento y no engordar? Pues su dieta se trata de un 12% de proteínas, un 25% de grasas y un 63% de hidratos de carbono. Esto hace que los japoneses no sean obesos.
Aunque los japoneses consumen arroz en grandes cantidades, las porciones son controladas y adaptadas a las necesidades energéticas diarias. A menudo, se sirve en pequeños cuencos que permiten ayudar a controlarse en las porciones.
La moderación es un principio básico en la gastronomía japonesa: se come hasta estar satisfecho, no hasta sentirse lleno. Esta práctica, conocida como hara hachi bu, es un concepto de la filosofía Okinawense que anima a comer hasta el 80% de la capacidad del estómago.
El arroz, además, no es el único componente de la dieta japonesa. Suelen incluir pescado, verduras, algas, tofu y frutas. Esta combinación de alimentos frescos y ricos en nutrientes, junto con el arroz, asegura que el cuerpo reciba todos los elementos esenciales sin caer en el exceso de calorías.
Básicamente, el secreto está en los platos pequeños y variados, lo que promueve el consumo de una gran variedad de nutrientes sin recurrir a grandes cantidades de un solo alimento.
Asimismo, un factor clave en la delgadez de los japoneses es su estilo de vida activo. A menudo, se camina mucho durante el día, ya sea para ir al trabajo, al mercado o simplemente como parte de su rutina diaria. Las actividades físicas, como el ciclismo y las caminatas, son comunes y se practican de manera natural en la vida cotidiana.
Esta actividad regular contribuye a mantener un peso saludable, incluso con una dieta rica en carbohidratos como el arroz.