¡Radiante!

El secreto para limpiar la mugre en el vidrio del horno y que quede reluciente

Dejar radiante el vidrio del horno suele postergarse hasta que la situación no da para más. Descubrí cómo mantenerlo impecable con un truco de limpieza

Por UNO

La cocina es uno de los electrodomésticos más importantes de una casa. Pero también plantea una gran incomodidad que lleva a todos a preguntarse ¿cómo limpiar la mugre en el vidrio del horno para que quede reluciente?. Mirá este truco de limpieza.

La puerta del horno de la cocina, con el tiempo, acumula una capa de grasa y residuos que puede parecer invencible, un umbral del que no se puede retornar. Sin embargo, con las técnicas adecuadas, es posible devolverle su transparencia original sin recurrir a productos químicos agresivos, abrasivos o costosos.

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Limpiar el vidrio del horno es una tarea que muchos postergan hasta que la acumulación de grasa y suciedad se vuelve imposible de ignorar. Los restos de alimentos, salpicaduras y vapores grasos se adhieren a la superficie, creando una película que no solo se ve muy fea, sino que también puede afectar el rendimiento del electrodoméstico y la calidad de nuestras preparaciones.

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La limpieza de la puerta del horno de la cocina es un proceso fácil y delicado.

La limpieza de la puerta del horno de la cocina es un proceso fácil y delicado.

Lo primero que hay que hacer para enfrentar este desafío es comprender que la limpieza regular previene la acumulación excesiva de residuos. También es recomendable una limpieza profunda cada tres a seis meses, aunque esta frecuencia puede variar según el uso del horno. Quienes utilizan el horno con mayor intensidad, una limpieza mensual podría ser más apropiada.

La piedra angular para una limpieza eficaz reside en la combinación de ingredientes simples, pero muy poderosos que se encuentran en la mayoría de los hogares. El bicarbonato de sodio emerge como un héroe en esta tarea. Su naturaleza abrasiva suave, combinada con propiedades desodorizantes, lo convierte en el aliado perfecto para enfrentar la grasa y los olores persistentes.

Para comenzar el proceso, se recomienda crear una pasta espesa mezclando bicarbonato de sodio con agua. Esta mezcla debe tener una consistencia similar a la crema de afeitar. Algunos añaden unas gotas de detergente líquido para platos a la mezcla, potenciando así su capacidad para cortar la grasa.

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La forma en la que se aplica esta pasta es crucial. Se debe extender en gran cantidad sobre toda la superficie del vidrio, asegurándose de cubrir incluso las áreas más afectadas. Es importante dejar actuar esta mezcla durante al menos 15 minutos, aunque en casos de suciedad extrema, se puede dejar reposar por más tiempo, incluso durante toda la noche.

Mientras la pasta realiza su trabajo, ocurre un proceso muy curioso: la mezcla comienza a oscurecerse a medida que absorbe la suciedad y la grasa. Este cambio de color es indica claramente que el proceso está funcionando.

Luego del tiempo de reposo, el siguiente paso es remover la pasta. Aquí, un paño de microfibra húmedo se convierte en nuestra herramienta principal. La microfibra, con su capacidad para atrapar partículas diminutas, es ideal para esta tarea. Se debe frotar suavemente, en movimientos circulares, para eliminar la pasta junto con la suciedad que ha absorbido.

Sin embargo, habrá residuos más persistentes que algunos expertos en limpieza sugieren sacar usando una hoja de afeitar. Esta técnica, aunque efectiva, requiere extrema precaución para evitar rayar el vidrio o lastimarse en un descuido. Se debe utilizar el borde plano de la hoja, nunca la esquina, y aplicar una presión mínima.

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Pocas cosas ponen a una persona más feliz que ver a su cocina brillante de limpieza.

Pocas cosas ponen a una persona más feliz que ver a su cocina brillante de limpieza.

Una vez eliminada la mayor parte de la suciedad, hay que usar vinagre blanco. Una solución de partes iguales de vinagre y agua, aplicada con un rociador, ayuda a neutralizar cualquier residuo de bicarbonato y aporta un brillo adicional al vidrio. Este paso no solo mejora el aspecto visual sino que también desinfecta la superficie.

Finalmente hay que acudir a la eficacia de un limpiacristales convencional. Este producto, aplicado después de la limpieza profunda, garantiza un acabado impecable, libre de manchas y con un brillo profesional.

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