El océano Atlántico, el segundo más grande del planeta, no es tan eterno como parece. Nacido hace unos 180 millones de años, tras la fragmentación de Pangea, ha sido testigo de enormes transformaciones. Según un estudio reciente, su sistema de corrientes clave, la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC), podría estar entrando una fase de declive.

El estudio publicado en la revista Nature Communications explica que esto sucede debido al cambio climático. El derretimiento de los polos libera agua dulce en el océano Atlántico, alterando la salinidad y afectando la AMOC. Si la corriente se debilita, podría causar cambios climáticos extremos, como inviernos más fríos en Europa y aumento del nivel del mar en Estados Unidos.

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El océano Atlántico podría entrar en su fase de declive

La AMOC (Circulación de Retorno Meridional del Atlántico) es una gran "cinta transportadora" de agua en el océano Atlántico. Lleva agua caliente desde el ecuador hacia el norte (cerca de Europa y América del Norte) y devuelve agua fría hacia el sur. El colapso de la AMOC podría ocurrir entre 2025 y 2095, siendo 2057 el año más probable, según el estudio.

Esto se debe al cambio climático. El derretimiento de los casquetes polares están liberando agua dulce en el océano Atlántico, lo que disminuye la salinidad del agua. Esto interfiere con la circulación oceánica, que depende de las diferencias en salinidad y temperatura para mantenerse estable. Sin el flujo adecuado, la AMOC se debilita, lo que puede desencadenar cambios climáticos extremos.

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Consecuencias del colapso de esta corriente del océano Atlántico

Un colapso de la AMOC provocaría cambios extremos y duraderos en el clima global, como:

  • Inviernos mucho más fríos en Europa.
  • Aumento del nivel del mar en la costa este de Estados Unidos.
  • Fuertes sequías en zonas del trópico.
  • Alteración de los monzones en Asia y África.
  • Impactos en la agricultura, el suministro de agua y la biodiversidad.

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