Esto se debe al cambio climático. El derretimiento de los casquetes polares están liberando agua dulce en el océano Atlántico, lo que disminuye la salinidad del agua. Esto interfiere con la circulación oceánica, que depende de las diferencias en salinidad y temperatura para mantenerse estable. Sin el flujo adecuado, la AMOC se debilita, lo que puede desencadenar cambios climáticos extremos.
Consecuencias del colapso de esta corriente del océano Atlántico
Un colapso de la AMOC provocaría cambios extremos y duraderos en el clima global, como:
- Inviernos mucho más fríos en Europa.
- Aumento del nivel del mar en la costa este de Estados Unidos.
- Fuertes sequías en zonas del trópico.
- Alteración de los monzones en Asia y África.
- Impactos en la agricultura, el suministro de agua y la biodiversidad.