Naturaleza

El lago que está en el lugar más frío e inhóspito de la Tierra: se mantuvo oculto durante millones de años

Se trata de un lago situado a 4 kilómetros de profundidad, bajo el hielo de la Antártida. Tiene 250 Km de largo y 50 Km de ancho

Situada completamente en el hemisferio sur, la Antártida es uno de los lugares más inhóspitos del mundo. Esconde misterios que atraen la atención de científicos e investigadores de todas las nacionalidades. El lago Vostok, es una de sus incógnitas, ya que presenta características extraordinarias.

El lago Vostok es el más grande de los casi 400 lagos subglaciales que se conocen de la Antártida. Se sitúa en el polo del frío, debajo de la base rusa Vostok, a unos 3748 m de la superficie de la placa de hielo de la Antártida Oriental, aislado del exterior y protegido de la atmósfera.

Este lago de agua dulce tiene una superficie de aproximadamente 4000 metros bajo la superficie del hielo, por lo que se sitúa a unos 500 metros bajo el nivel del mar. Mide 250 kilómetros de largo por 50 kilómetros de ancho en su parte más amplia. Cubre un área de 12.500 kilómetros y una profundidad promedio de 432 metros. Se divide en dos cuencas profundas a partir de una cresta.

Científicos calculan que el estanque de agua subglacial ha permanecido aislado de la atmósfera terrestre durante 15 millones de años. Esto se debe a una enorme capa de hielo de cuatro kilómetros de altura que tapona su conexión con la superficie de la Antártida.

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Existen casi 400 lagos subglaciales en la Antártida.

Existen casi 400 lagos subglaciales en la Antártida.

Los microorganismos que habitan el lago

Según el medio Tech Insider, el lago Vostok es hogar de organismos inusuales. “Si mostráramos el ADN de un organismo cuyo descubrimiento confirmamos en 2016 sin avisar de dónde proviene... nos preguntarían si es de este planeta”, confesó el genetista y microbiólogo Sergei Bulat.

En 1994 se descubrió el lago Vostok y en 2012 se obtuvieron las primeras muestras de agua. Luego, en 2015 los científicos descubrieron fragmentos de ADN de dos bacterias que estaban seguros que provenían de Oriente.

El primero resultó ser completamente desconocido para los biólogos. Su ADN coincidía con las secuencias conocidas sólo en un 86%. De ella dice Bulat que fácilmente podría pasar por una extraterrestre. La segunda bacteria, emparentada con Herminiimonas glaciei, resultó ser más o menos familiar para los científicos de los glaciares de Groenlandia.

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