La música es, además, una herramienta social que tiene el poder de modificar conductas humanas. Cuando las personas escuchan determinada melodía en un contexto particular, guardan silencio, realizan un baile, se sientan o cantan la letra con la mano en el pecho. La música es un hecho social con alto impacto en las funciones cerebrales.
El estudio demostró también, que la música activa el cerebro emocional. Esto significa que, tiene la capacidad de aumentar la frecuencia cardiaca y respiratoria, así como generar modificaciones afectivas como felicidad, tristeza, paz y hasta enojo.
Estudios de imágenes cerebrales han demostrado que la música activa areas del sistema limbico, una zona importante del cerebro encargada del procesamiento de las emociones. Además, la música promueve la liberación de dopamina en el cerebro, la hormona del placer.
El estudio que demuestra cómo el reggaeton impacta en el cerebro
El estudio realizado por Jesús Martín Fernández, neurocirujano del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, llevó a cabo una investigación en la que fusionó sus dos pasiones: la música y la neurociencia.
Los expertos trabajaron con un total de 28 voluntarios sin formación musical de ningún tipo y con gustos musicales diversos. Luego de someter a los pacientes a distintos ritmos musicales, los investigadores notaron que el reggaeton activaba más areas del cerebro que otros géneros.
Este estilo produce en el cerebro la activación de zonas relacionadas con el sentido auditivo, el procesamiento de sonido, áreas motoras y de movimiento, por eso nos dan ganas de bailar.
La música clásica por su parte, es un género complejo que activa menos zonas cerebrales y es menos predecible. Lo más sorprendente de la investigación, es que el regaeton activó una zona del cerebro conocida como ganglios basales, una región primitiva y profunda relacionada con la postura, el movimiento y el placer.
Esta zona está vinculada al origen de ciertas enfermedades degenerativas como el Parkinson. El experto continúa realizando estudios acerca del impacto de la música en el cerebro, y afirma que aún queda mucho por descubrir.