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Las cáscaras de nueces guardan un elemento nutritivo para las plantas. Contienen calcio, magnesio y otros minerales vitales para el desarrollo vegetal. Al preparar un fertilizante con ellas, estos nutrientes se liberan gradualmente, permitiendo que la Cuna de Moisés los absorba de manera óptima.
La composición mineral de este fertilizante casero fortalece el sistema inmunológico de la planta y estimula la producción de flores. El calcio presente en las cáscaras mejora la estructura del suelo, mientras que el magnesio participa activamente en la formación de clorofila, responsable del verde intenso de las hojas.
Cómo hacer un fertilizante para Cuna de Moisés con cáscara de nueces
La preparación de este fertilizante requiere pocos elementos:
- 12 cáscaras de nueces
- 2 litros de agua limpia
- Un recipiente con tapa
- Un colador fino
El proceso comienza con la trituración de las cáscaras hasta obtener fragmentos pequeños. Estos se sumergen en agua durante siete días en un lugar fresco y oscuro. Durante este tiempo, el agua extrae los minerales de las cáscaras, transformándose en un nutritivo fertilizante casero.
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Transcurrida la semana, se filtra la mezcla y el líquido resultante se aplica directamente en la tierra. Para obtener resultados óptimos, se recomienda usar el fertilizante una vez al mes, regando la base de la planta con aproximadamente medio litro de la preparación.
La Cuna de Moisés absorbe los nutrientes a través de sus raíces y los distribuye por toda su estructura. Con aplicaciones regulares, la planta desarrolla un follaje más verde y vigoroso, aumenta su resistencia a enfermedades y produce más flores.
Este método natural aprovecha recursos disponibles en casa para crear un fertilizante efectivo. La Cuna de Moisés responde positivamente a este cuidado especial, recompensando el esfuerzo con un crecimiento saludable y una floración espectacular.