Este notable descubrimiento científico evidenció una vez más que los adolescentes son adictos a Internet, y que esto puede traer graves consecuencias
Los adolescentes de ahora no son los mismos que los de antes
Los adolescentes de ahora no son los mismos que los de antes. La revolución y el avance de las nuevas tecnologías han cambiado las calles por las pantallas, como insinúa un notable descubrimiento científico.
En concreto, este estudio realizado por especialistas, que fueron publicados en PLOS Mental Health, afirma que Los adolescentes con adicción a Internet experimentan cambios en el cerebro que podrían conducir a tendencias y comportamientos adictivos.
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En su definición, la adicción al internet es definida como la incapacidad de una persona de resistir la tentación de utilizar Internet, lo que afecta negativamente su bienestar. Si bien muchos dudan del concepto, este descubrimiento lo reafirma.
El estudio en cuestión fue realizado con imágenes por resonancia magnética para inspeccionar como interactuar las regiones del cerebro de los adolescentes que usan Internet, tanto en el descanso como en actividad.
Después de tiempo, Se observó una combinación de aumento y disminución de la actividad en las partes del cerebro que se activan en reposo, demostrando los graves efectos del uso excesivo del Internet.
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Se descubrió que estos cambios conducían a conductas y tendencias de adicciones en los adolescentes, así como a cambios de conducta asociados con la capacidad intelectual, la coordinación física, la salud mental y el desarrollo.
Entre las consecuencias más graves de la adicción al Internet, según el estudio, se encuentran las dificultades para mantener relaciones y actividades sociales, mentir sobre su actividad en línea y experimentar hábitos alimentarios irregulares, así como trastornos del sueño.
Por más que parezca increíble, y seguramente sea nulamente respetado por los adolescentes de todo el mundo, un estudio afirmó que los adolescentes deben usar 30 minutos diarios de Internet para prevenir trastornos como la ansiedad, depresión, y problemas de salud mental.