El equipo realizó miles de simulaciones con distintas variables para comprender el impacto de las perturbaciones en los ecosistemas.
Los resultados revelaron que los sistemas que sobrevivieron a las catástrofes desarrollaron mayor diversidad y abundancia.
Arwen Nicholson, coautora del estudio, explicó que estos colapsos generan oportunidades para el surgimiento de nuevas formas de vida.
Los datos mostraron que las perturbaciones provocan cambios profundos en los ecosistemas.
Nathan Mayne, otro de los investigadores, destacó que los sistemas supervivientes "resurgieron más fuertes".
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La controversia detrás del descubrimiento
Peter Ward, paleontólogo de la Universidad de Washington, cuestionó las conclusiones del estudio.
El científico argumentó que la vida misma puede desencadenar eventos catastróficos.
Ward citó como ejemplo el Gran Evento de Oxidación, ocurrido hace 2.500 millones de años.
Posible fin del mundo por la extinción de los planetas (1).png
Las extinciones masivas podrían en realidad ser buenas para los ecosistemas, determinó un estudio.
La aparición de organismos fotosintéticos alteró dramáticamente la composición atmosférica del planeta.
Este cambio provocó una extinción masiva de formas de vida anaeróbicas.
Los autores del descubrimiento defendieron una interpretación diferente de estos eventos históricos.
"El oxígeno permitió que la vida se volviera más compleja", argumentó Nicholson en respuesta a las críticas.
El descubrimiento podría tener implicaciones en la búsqueda de vida extraterrestre.
Los planetas cercanos a los bordes de la zona habitable podrían ser candidatos prometedores para albergar vida compleja.
Charles Lineweaver, astrobiólogo de la Universidad Nacional de Australia, expresó dudas sobre esta última conclusión.
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El científico consideró que extrapolar los resultados a la búsqueda de vida en otros planetas es prematuro.
Los parámetros utilizados en la investigación no son observables en exoplanetas.
Los propios autores reconocieron la necesidad de más investigación para identificar planetas donde estos mecanismos podrían desarrollarse.
El descubrimiento abre nuevas líneas de investigación sobre la evolución de los ecosistemas.
La comunidad científica continúa debatiendo las implicaciones de este hallazgo para nuestra comprensión de la vida en la Tierra.