Según la leyenda Ernest Hemingway, el aclamado escritor y periodista estadounidense, se encontraba en un bar, bebiendo junto a unos amigos, todos ellos escritores. De repente, alguien propuso una apuesta. Quien fuera capaz de escribir en ese momento una historia corta usando únicamente seis palabras se llevaría diez dólares de cada uno de los presentes.
Según Letras Libres, el microrelato de Ernest Hemingway, cuyo texto original en inglés es “For sale: baby shoes, never worn”, que en español se traduce como “Vendo zapatos de bebé, sin usar”, es una muestra clara de su maestría narrativa. La historia, aunque brevísima, deja mucho a la imaginación del lector. Lo que se omite, como la posible tragedia detrás de esos zapatos nunca usados (¿un aborto, una pérdida?), queda resonando de forma profunda en la mente.
Este microrelato no es una novela ni un cuento tradicional, donde las preguntas se van resolviendo poco a poco: ¿Quién vende esos zapatos? ¿Por qué los vende? ¿Qué pasó con el bebé? La falta de respuestas explícitas es precisamente lo que provoca una emoción intensa y una reflexión inmediata, invitando al lector a completar la historia con su propia sensibilidad.
El microrelato a menudo se le atribuye Ernest Hemingway, sin embargo, esta asociación se basa en una anécdota no verificada que surgió décadas después de su muerte. La historia de la supuesta autoría de Hemingway apareció por primera vez en 1991, cuando el agente literario Peter Miller relató una anécdota en su libro Get Published! Get Produced!. Así mismo versiones similares existían previamente.
La invención verbal brevísima es seguramente tan antigua como la ficción , es decir, tan vieja como nuestra especie, y por escrito ya aparece en el imaginario hindú, chino y egipcio. Según revista de libros, el crítico literario David Lagmanovich destaca a Hemingway como uno de los precursores del microrrelato moderno, resaltando su estilo austero y su habilidad para sugerir más de lo que se dice explícitamente.