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Sobre una lisa (ring), diseñada con palos, pelean los guerreros del combate medieval en Mendoza.
Foto: Gentileza Guardianes del Oeste
Al enfundarse en armaduras metálicas y blandir espadas, este deporte de contacto revive con la mayor precisión posible las gestas de aquellos guerreros que lucharon por sus ideales en la Edad Media.
En pleno siglo XXI, quienes practican este deporte en gimnasios municipales o parques públicos se suben a la "lisa" -una especie de ring donde se lleva a cabo la pelea, hecha generalmente de tronco como en la Edad Media- como si el tiempo se hubiese detenido allí.
El combate medieval persiste gracias al cine y al videojuego
El HMB es una recreación histórica, donde varios de sus protagonistas se acercan a la disciplina atraídos por el género cinematográfico con películas como "Gladiador", "Juego de Tronos" o "El Señor de los Anillos". Así lo revelan a Diario UNO integrantes de 2 clubes de este tipo de combate.
El combate medieval es un deporte exigente que requiere fuerza, técnica y estrategia. Los combates, ya sean individuales o grupales, ponen a prueba la capacidad física y mental de los guerreros, quienes deben demostrar su destreza con las armas y su habilidad para anticipar los movimientos del oponente.
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Sagas cinematográficas como "El Señor de los Anillos" alimentan la pasión por el combate medieval.
Además fomenta valores como la camaradería, el respeto y el trabajo en equipo. Aunque los miembros de los clubes o legiones de Mendoza trabajan por separado, desde mediados de 2019 intentan unirse bajo la Asociación Civil Mendocina de Combate Medieval, un paso fundamental para el avance del deporte en la provincia que en su mayoría integran hombres pero también hay mujeres.
El mendocino es un poco lento para las ideas nuevas, más esto que es algo novedoso y un poco exótico; pero con perseverancia nos hicimos un nombre y formamos un equipo cooperativo de combate medieval. El mendocino es un poco lento para las ideas nuevas, más esto que es algo novedoso y un poco exótico; pero con perseverancia nos hicimos un nombre y formamos un equipo cooperativo de combate medieval.
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Las armaduras para practicar este deporte son fabricadas por los propios luchadores de combate medieval.
Foto: Gentileza Medieval Fest
La disciplina a nivel internacional cuenta con distintas categorías, que incluyen combates individuales con diferentes armamentos, combates grupales en equipos de 3 versus 3, 5 versus 5 o 12 versus 12, hasta batallas masivas con docenas o cientos de participantes -algo que suele verse en castillos de época en países europeos.
"Mucha gente llega al deporte atraída más por el lado del fantasy, sagas como 'El Señor de los Anillos', 'Juego de Tronos' y demás, o por los juegos de rol o los videojuegos", confirma Miguel García, presidente de la asociación local y fundador del primer equipo de combate medieval de Mendoza, Guardianes del Oeste.
Este deporte honra la cultura de la Edad Media
Miguel García aporta que también llega gente "atraída por el aspecto del arte marcial del deporte, como deporte de full contact", ya que en él "realmente uno puede emplear toda su capacidad física sin miedo a lastimar al otro", asegura el luchador quien tiene 33 años y es además comunicador social.
Él es el capitán de Guardianes del Oeste, equipo que entrena en el Gimnasio Municipal N° 3, (Ayacucho 349, Ciudad) y al no contar con una lisa propiamente para competir, improvisan una para cada entrenamiento de combate.
"Buscamos recrear con la mayor precisión posible los combates propios de la Edad Media. Para esto, utilizamos equipamiento que sea una réplica lo más fiel posible de la época, como armaduras metálicas y espadas de acero", detalla García sobre este deporte que en Mendoza cuenta con 3 equipos: Guardianes del Oeste, Huargos y Legión Dragonia.
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Miguel García es el capitán de Guardianes del Oeste y presidente de la asociación mendocina de combate medieval.
Foto: Gentileza Mayda Rodas
Integrado por 20 practicantes activos cuyas edades van de los 18 a los 40 años, Guardianes del Oeste no solo se enfoca en la competencia, sino también en la camaradería y el aprendizaje en otras áreas que van más allá del combate medieval.
"Fabricamos nuestro propio equipamiento", explica García, "lo que nos permite aprender a trabajar el metal, el cuero y otros materiales".
El combate se da con armas diseñadas por los guerreros
"Hay que diferenciar lo que es el entrenamiento y lo que es la competencia, no es que acá llegue un pibe al club y al primer día y le voy a poner una espada de acero en la mano", aclara el líder del club Guardianes del Oeste.
Es que para participar en un combate medieval hay todo un proceso que atravesar. En la primera etapa se empieza entrenando con equipo de soft combat o combate suave como introducción al deporte. En esa instancia se practica con espadas de PVC recubiertas de gomaespuma, "son completamente seguras, es imposible lastimarse y es lo que se usa para aprender la técnica y practicar con el compañero".
De ahí en adelante se da un entrenamiento hasta que la persona está apta para competir, o sea, para utilizar armas de acero, hierro o titanio. "Cuando usás un arma de acero tenés la armadura puesta, que también es una armadura metálica; nunca usás un arma de acero contra una persona sin protecciones", advierte Miguel García.
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La armadura, yelmos, espadas y hachas son realizadas por los luchadores de combate medieval en Mendoza.
Las armaduras que usamos son réplicas fieles de lo que se usaba en la época, con ciertas modificaciones apuntando a lo deportivo y a la seguridad, pero tratando de mantener la estética medieval. Las armaduras que usamos son réplicas fieles de lo que se usaba en la época, con ciertas modificaciones apuntando a lo deportivo y a la seguridad, pero tratando de mantener la estética medieval.
García asegura que el índice en la cantidad de lesiones "es bastante bajo". Y como hay pocas personas que se dedican a construir armaduras, hachas, yelmos y espadas de este estilo, que se hacen a medida, los guerreros mendocinos de combate medieval fabrican su equipamiento.
"Es algo lindo porque se aprende a trabajar el metal, el cuero, a coser, a doblar chapas, así que una parte de la disciplina es juntarse a fabricar con sus propias manos las espadas y armaduras", dice sobre este trabajo artesanal que desarrollan a la par del deporte.
Este deporte tiene fuerte presencia en Europa
Antes de descubrir el deporte, Miguel García jamás se imaginó que existía el combate medieval como deporte, "que hubiera otra gente con esta pasión por la historia, por la cultura medieval, que estuviera dispuesta a llevarlo al punto de construir una armadura y entrar a una lisa (ring) a pelear", confiesa.
En cambio, prácticamente en toda Europa existen desde hace décadas equipos de combate medieval y hasta desarrollan los torneos en castillos de la época que han sido restaurados y se prestan para la ocasión.
En el combate, apuntan los expertos, hay un máximo y mínimo establecido para cada categoría de peleador en cuanto al peso y el largo de las armas, que en general van desde los 50 centímetros hasta los 2 metros y varían de peso entre 1 kilo y 2,5 kilos aproximadamente.
Un combate que exige estado físico y equilibrio mental
García descubrió el deporte a través de las redes y se contactó con aficionados de Buenos Aires, donde llegó el combate medieval en 2012. "No soy profesor de educación física ni nada similar, pero siempre me gustaron los deportes de combate y las artes marciales", argumenta el luchador, quien a fuerza de prueba y error comenzó a contagiar a otros mendocinos de armar un equipo.
En cambio, Mateo Ramos Bologna, un armero y luchador con experiencia internacional, fundó hace 7 años Legión Draconia Mendoza tras su regreso de Chile. "Conocí el deporte en Viña del Mar y al Club Batallón Draconia; con ellos me formé durante casi 3 años", cuenta.
Cuando decidió volver a vivir en Mendoza, "vimos la posibilidad de generar una extensión del club acá, siendo el primer club de Chile en tener una sede en Argentina".
La formación no es solo física, uno trabaja las emociones y la mente, hay que poder pelear con más de 30 kilos encima, con 10 grados más que afuera y la sofocación que te genera el yelmo. Es una experiencia única que tenés que vivir al menos una vez en tu vida. La formación no es solo física, uno trabaja las emociones y la mente, hay que poder pelear con más de 30 kilos encima, con 10 grados más que afuera y la sofocación que te genera el yelmo. Es una experiencia única que tenés que vivir al menos una vez en tu vida.
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Mateo Ramos Bologna es un armero y luchador, capitán de Legión Draconia Mendoza.
Foto: Gentileza Mateo Ramos Bologna
Mateo tiene 36 años, trabaja el cuero, el metal y además tiene una empresa de multiservicios. De chico quería ser astronauta, arqueólogo o caballero. "Logré convertirme en caballero de combate medieval, me resulta muy épico poder intercambiar golpes con otras personas en armadura, es otra forma de conocerse y conocer a la persona con la que estás peleando", reflexiona.
Su club entrena 3 veces por semana en el Parque Cívico o el Parque Central, participan en torneos provinciales, nacionales e internacionales y forman parte de encuentros y congresos referidos a la temática. El Mendotaku es un espacio de difusión para los equipos de combate medieval de Mendoza.
Cómo es la competencia en un combate medieval
Este verano, Guardianes del Oeste compitió en Córdoba en un torneo amistoso organizado por el club Acero y Sangre, uno de los más reconocidos del país. Y a finales de marzo los guerreros mendocinos irán a participar en un torneo oficial de la ALACOM (Alianza Latinoamericana de Combate Medieval), la liga oficial del deporte en Argentina y el continente.
"Ese torneo oficial se hará en Buenos Aires, participarán equipos de nuestro país, de Chile, Brasil, México, se esperan algunos equipos europeos, es uno de los más grandes que tiene Argentina en este deporte y vamos a estar ahí representando a Mendoza", afirma Miguel García.
Al no haber una federación que los nuclee, en estos torneos oficiales participan equipos o luchadores individuales que no integran ningún equipo. Hay clubes en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán, San Juan y en Mendoza.
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Hace 7 años se formó Legión Draconia Mendoza. El equipo suele entrenar en parques públicos.
Foto: Gentileza Legión Draconia
Mateo Ramos Bologna suma que con su Legión Draconia también asisten a ligas amateurs, algo habitual en Latinoamérica. De ahí que Mateo esté trabajando para formar una Liga de Dragones cuyo circuito de combates integre la región de Cuyo con Chile.
Somos un club inclusivo. Desde la conciencia de esa variedad buscamos sacar a relucir el estilo de quien pelea y potenciar su crecimiento. Somos un club inclusivo. Desde la conciencia de esa variedad buscamos sacar a relucir el estilo de quien pelea y potenciar su crecimiento.
La armería es el alma de un club de combate medieval
Ramos Bologna dice que en su Legión Draconia Mendoza la armería "es el alma del club". Como armero, él mismo diseña y fabrica las armaduras de acero, hierro o titanio y las espadas para el combate. Busca que los equipamientos sean "réplicas de similar período histórico y región geográfica" a la lucha de la Edad Media que se hace referencia.
"Las armas deben tener punta redondeada y hoja sin filo", alerta Mateo y en su equipo invita "a quienes quieren y pueden ir sumándose en el proceso de confección de sus armas y protecciones, que requiere bastante trabajo y tiempo así que hay lugar para que vean cómo se hace cada pieza".
De este modo, queda claro que el Combate Medieval Histórico en Mendoza es mucho más que un deporte. Es una comunidad donde la pasión por la historia y el espíritu de lucha se entrelazan para mantener vigente los misterios, las aventuras y enseñanzas que nos legó la Edad Media.