Lo cierto es que hoy, desde la rotonda de El Salto, donde termina el último tramo de transporte público, no hay otra opción que caminar. Son nueve kilómetros a pie por senderos que en invierno se cubren de nieve o en otras épocas azotados por el viento zonda. Pero ellos siguen adelante, “poniendo el cuerpo”, como dice Gemina, sin importar el clima ni el agotamiento.
El regreso es aún más difícil. La línea de Andesmar, su única opción de transporte público, deja de funcionar antes de la salida de la escuela, lo que significa que, después de cada jornada, deben recorrer otros 14 kilómetros a pie o, con suerte, hacer dedo hasta Potrerillos.
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Una imagen que refleja el esfuerzo diario para llegar a dar clases.
Gentileza Gemina Arellano
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“El desgaste físico es enorme, pero no nos rendimos. La escuela, los niños, el compromiso con la educación son nuestro motor. Pero llega un punto en que el cuerpo y el alma también se desgastan, y, aunque decidimos volver el próximo ciclo lectivo, necesitamos ayuda, una respuesta inmediata”, remarcó.
“No pedimos nada extraordinario, solo un medio de transporte que nos permita llegar a la escuela y regresar a nuestros hogares sin semejante sacrificio”, explica Gemina. Y, aclaró que, aunque el pedido no va dirigido a ningún gobierno en particular, enfatizó que la situación es insostenible.
"Insostenible"
“Las condiciones hacen que la mayoría de los docentes que aceptan enseñar en la escuela Cristóbal Colón no resistan más que unos meses. Nosotras, junto a un equipo de cinco docentes, aguantamos todo lo que pudimos pero finalmente decidimos volver a pedir ayuda y visibilizar nuestra situación”, dijo.
Días atrás decidieron grabar un video para hacer visible su lucha. La respuesta fue sorprendente: desde Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa y más allá, llegaron palabras de aliento y apoyo de personas conmovidas por su realidad. Padres, vecinos y familias locales también se unieron y comprendieron el sacrificio de estos docentes que, contra todo pronóstico, regresan cada día a sus aulas con la misma pasión por enseñar.
"Amamos lo que hacemos. Los niños y nuestra vocación son lo que nos impulsa a seguir. Pero no podemos hacerlo solos", expresó Gemina. Aclaró, además, que no se trata solo de ellos, sino también de los futuros maestros que sueñan con enseñar.
“Esa es la esencia de nuestra campaña: la empatía, es decir, que alguien pueda entender la dureza de las jornadas después de caminar kilómetros bajo el sol o la nieve, la preocupación constante por el bienestar de los alumnos y, sobre todo, el deseo de enseñar en condiciones dignas. Queremos una solución. Queremos que alguien se ponga en nuestro lugar y vea el recorrido. Aún así, no nos vamos a rendir”, concluyó.
Evalúan una solución
Si bien la Dirección General de Escuelas (DGE) se mantuvo cauta en torno al tema, voceros de esa dependencia confirmaron a este medio que se está trabajando junto con el área de Transporte en brindarles una solución a los docentes afectados que podría materializarse en 2025.
Sostuvo la fuente que la solución para la ida podría ser modificar el recorrido por parte de Transporte para que los micros lleguen al colegio. De todos modos esa versión no está confirmada. El regreso sería en la misma combi que viajan los alumnos, que costea la DGE.