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El romero fue el protagonista de este descubrimiento.
El principal desafío para llegar al descubrimiento fue conseguir una forma estable del ácido carnósico que durara lo suficiente en el cerebro. Tras extensas pruebas, encontraron una forma di-acetilada (diAcCA) que el intestino convierte en ácido carnósico antes de entrar al torrente sanguíneo.
Este derivado tiene aproximadamente un 20% mejor absorción que el ácido carnósico puro. Una vez convertido, alcanzó niveles terapéuticos en el cerebro en apenas una hora, demostrando la eficacia del condimento procesado.
Promesas del descubrimiento para el futuro
El estudio reveló que el compuesto diAcCA no produjo efectos tóxicos en los ratones tratados, mientras que las acumulaciones de proteínas vinculadas al Alzheimer se redujeron en sus cerebros.
Lipton destacó: "Al combatir la inflamación y el estrés oxidativo, aumentamos el número de sinapsis en el cerebro. También eliminamos proteínas mal plegadas como tau fosforilada y beta amiloide, que desencadenan el Alzheimer y sirven como biomarcadores de la enfermedad".
Los resultados son prometedores, aunque todavía estamos en etapas iniciales. Se necesitarán ensayos clínicos para confirmar estos efectos en cerebros humanos, un paso fundamental en todo estudio médico.
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Este descubrimiento podría ayudar a nuestro cerebro.
La ciencia detrás de este avance radica en cómo el compuesto diAcCA actúa sobre múltiples aspectos del Alzheimer simultáneamente. Los descubrimientos fueron publicados en la revista Antioxidants.
Las imágenes de microscopía comparativas mostraron cerebros de ratones con Alzheimer y tratados con diAcCA, donde los colores verdes más intensos evidenciaron mayor cantidad de sinapsis neuronales.
La ciencia avanza con cautela pero con optimismo. Lipton sugirió: "Podría hacer que los tratamientos existentes con anticuerpos amiloides funcionen mejor al eliminar sus efectos secundarios", señalando posibles sinergias con terapias ya aprobadas.