La presencia de objetos sagrados como una cruz pectoral y un recipiente de cristal de roca perteneciente a un obispo llamado Hyguald respalda esta nueva interpretación sobre el origen del tesoro. Estas evidencias sugieren que monjes y religiosos acumularon estas riquezas.
El conjunto de piezas de oro y plata, que pesa más de 10 libras, incluye cuatro brazaletes con inscripciones rúnicas. Tres de ellos contienen nombres propios en inglés antiguo, pero el cuarto permaneció como un enigma hasta este reciente descubrimiento.
Los investigadores Adrián Maldonado y David Parsons, especialistas en arqueología y runología respectivamente, enfatizaron que las características del hallazgo indican claramente que no se trata de las pertenencias de una sola persona.
Huellas de un pasado turbulento en el descubrimiento
Las circunstancias históricas de la Europa medieval arrojan luz sobre las posibles razones del ocultamiento. El tesoro fue enterrado alrededor del año 900, época en que los vikingos realizaban frecuentes incursiones contra monasterios de la región.
El valioso conjunto arqueológico inició recientemente su exhibición mundial en el Museo de Australia del Sur, en Adelaide, donde miles de visitantes podrán apreciar este extraordinario legado de la era vikinga en Escocia.