Este avance tecnológico permitió realizar un análisis profundo de la Madonna della Rosa, una de las obras más reconocidas del maestro Raphael. La pintura, creada entre 1518 y 1520, muestra a la Virgen María con el Niño Jesús, San Juan Bautista y San José, en una composición típica del Renacimiento italiano que cautivó a generaciones de amantes del arte.
Un descubrimiento gracias a la inteligencia artificial
El sistema desarrollado por los investigadores se basa en una arquitectura de red neuronal llamada ResNet50, modificada específicamente para reconocer el estilo del pintor. La herramienta se entrenó con obras confirmadas del maestro italiano, aprendiendo a identificar características como el uso del color, las sombras y cada aspecto de la técnica del artista. Esta metodología alcanzó un 98% de precisión en la identificación de obras auténticas de Raphael.
Los investigadores analizaron cada rostro de la Madonna della Rosa por separado. Mientras que las figuras de la Virgen, el Niño y San Juan mostraron la inconfundible mano del maestro, el rostro de San José presentó características diferentes.
Este descubrimiento coincide con las observaciones realizadas por críticos de arte desde mediados del siglo XIX, quienes notaron diferencias en la calidad y ejecución de este personaje.
La tecnología resuelve enigmas históricos
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El descubrimiento determinó que no toda la pintura era de Raphael.
El análisis computacional sugiere que Giulio Romano, uno de los discípulos más destacados del taller de Raphael, podría ser el autor del rostro de San José. El estudio detectó variaciones sutiles en la técnica pictórica que escaparon durante siglos a la observación directa.
El equipo de investigación empleó múltiples técnicas de análisis profundo para examinar las características visuales, estudiando minuciosamente las pinceladas, paletas de colores y técnicas de sombreado.
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Hassan Ugail, matemático y científico computacional de la Universidad de Bradford, enfatizó que esta tecnología complementa el trabajo de los expertos en arte. El proceso de autenticación de una obra maestra requiere un enfoque integral que considere diversos aspectos, desde su procedencia hasta los pigmentos utilizados y el estado de conservación.
