El asombroso detalle del descubrimiento
Tres de estas estatuas miden aproximadamente 30 centímetros de altura, mientras las dos restantes alcanzan 18 y 10 centímetros respectivamente. Las figurillas de mayor tamaño aparecen desnudas, sin cabello ni joyas, con cabezas móviles y bocas abiertas, similares a muñecas modernas.
Las piezas más pequeñas presentan mechones de cabello en sus frentes y adornos en los lóbulos de las orejas. Los arqueólogos consideran que estos artefactos pudieron emplearse en representaciones teatrales para transmitir mensajes o relatar historias de eventos "mitológicos o reales" que hoy desconocemos.
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La zona en la que se realizó el descubrimiento.
El equipo de investigadores también encontró fragmentos de figurillas en otras zonas del sitio de excavación. La parte superior de la figurilla más pequeña encaja en el torso hueco de otra figura, lo que llevó a los arqueólogos a especular sobre posibles escenas de nacimiento representadas mediante estas piezas.
Este hallazgo constituye apenas la segunda ocasión en que los investigadores descubren figurillas cerámicas de este tipo en su ubicación original, y "la primera que presenta una figura masculina", destacó Szymaski. El primer descubrimiento ocurrió en 2012, cuando otros arqueólogos encontraron seis figurillas femeninas rotas pero completas en un sitio funerario en las tierras altas occidentales de Guatemala.
Conexiones culturales
Los hallazgos en El Salvador, que datan aproximadamente del año 400 a.C., sugieren que este tipo de marionetas pudo utilizarse en rituales durante los períodos Preclásico (2000 a.C. a 200 d.C.) y Clásico (200 a 900 d.C.) en América Central. Su estilo y material, similares a los encontrados en Guatemala, evidencian una tradición compartida y conexiones entre las élites de la época.
El Salvador fue considerado históricamente como una región aislada, especialmente tras la devastadora erupción del volcán Ilopango entre los años 400 y 500 d.C. Este evento catastrófico liberó flujos piroclásticos —una mezcla de gases volcánicos, ceniza y rocas— que sepultaron numerosos artefactos bajo cenizas volcánicas. La masiva erupción liberó un volumen de material diez veces mayor que la erupción del Monte Vesubio en Pompeya en el año 79 d.C., exterminando toda vida en un radio de 40 kilómetros del volcán.
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Algunas de las marionetas encontradas en la pirámide.
La devastación causada por el volcán, sumada a la alta densidad poblacional actual que limita las excavaciones arqueológicas, explica por qué "se sabe muy poco sobre las identidades y afiliaciones etnolingüísticas de los creadores de los antiguos asentamientos que precedieron a la llegada de los europeos a principios del siglo XVI", señaló Szymaski.
El descubrimiento de estas figurillas sugiere que los antiguos habitantes de lo que hoy es El Salvador mantenían vínculos con otras partes de América Central. Otros artefactos encontrados en el sitio salvadoreño, incluidos colgantes de jade, son similares a los hallados en sitios arqueológicos en las actuales Nicaragua, Costa Rica y Panamá.