Una estructura excavada en la roca con ocho cámaras emerge como testigo silencioso de rituales milenarios en la ladera oriental de la Ciudad de David, dentro del Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén. Los primeros análisis determinaron que este descubrimiento es más antigua que la Biblia misma.

La Autoridad de Antigüedades de Israel reveló este sorprendente descubrimiento que abarca 220 metros cuadrados y contiene elementos rituales como un altar, un obelisco y prensas para aceite y vino.

Un hallazgo sin precedentes

Los resultados de esta investigación de arqueología, publicados en la revista científica Atiqot, muestran que la estructura data de una época cuando los reyes de Judá gobernaban la región.

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El descubrimiento sorprendió a los arqueólogos.

El descubrimiento sorprendió a los arqueólogos.

Durante las excavaciones dirigidas por el arqueólogo Eli Shukron aparecieron misteriosas marcas en forma de V en el piso de una de las habitaciones, cuyo propósito permanece como un enigma para los investigadores.

Materiales recuperados de una pequeña cueva en el borde de la estructura incluyen vasijas con inscripciones en hebreo antiguo, pesos de telar y piedras de moler granos.

Los investigadores determinaron que el sitio dejó de utilizarse durante el siglo VIII antes de Cristo, coincidiendo con las reformas religiosas del rey Ezequías mencionadas en la Biblia.

Conexión con textos sagrados

Referencias en la Biblia describen cómo durante el período del Primer Templo funcionaron sitios rituales adicionales fuera del templo principal de Jerusalén.

Montague Parker, un explorador británico, encontró la porción norte de la estructura en 1909 mientras buscaba el Arca de la Alianza y los tesoros del Templo en Jerusalén.

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Las excavaciones modernas comenzaron en 2010 bajo la dirección del equipo de arqueología de Shukron, revelando que el sitio quedó sellado con material de relleno del siglo VIII antes de Cristo.

Este descubrimiento representa el único ejemplo conocido de una estructura ritual de este período encontrada en Jerusalén y uno de los pocos hallados en toda la tierra de Israel.

Los expertos destacan que la preservación del obelisco en su posición original y el excelente estado de las demás habitaciones brindan una oportunidad única para estudiar prácticas rituales antiguas.