La harina es un ingrediente fundamental en la mayoría de los alimentos y recetas que se consumen a diario. En los últimos años, ha sido objeto de una gran controversia y muchas personas la han dejado de lado dentro de su dieta, pero antes de tomar una decisión es importante comprender sus efectos en el organismo cuando se consume con frecuencia.
Desayuna sin harinas: dos recetas fáciles, ricas con leche y frutas
Un estudio realizado por la prestigiosa Universidad Favaloro analizó el impacto del consumo habitual de harinas en el cuerpo y llegó a conclusiones claras, que te compartiremos a continuación. Si luego de conocer esta información decides reducirlas en tu alimentación, te proponemos dos recetas sencillas para un desayuno sin harinas.
El consumo de harina refinada puede causar tres problemas principales: eleva el azúcar en sangre, otorga aditivos poco saludables y aporta escasos nutrientes, desplazando alimentos más nutritivos.
Además, su inclusión excesiva en la dieta diaria puede contribuir al sobrepeso, la diabetes, la depresión, intolerancias y enfermedades inflamatorias.
2 recetas de desayunos sin harinas
Toma nota de los pocos ingredientes necesarios y los sencillos pasos para preparar dos desayunos deliciosos, sin harinas y en poco tiempo. ¡Seguro se convertirán en tus desayunos favoritos!
Pudding de chía
Ingredientes:
- 250 ml de leche de coco
- 5 cdas de chía
- 1 cda de azúcar
- 1 mango
- Frutos rojos
Los pasos son muy fáciles: mezclar la leche, el azúcar y la chía en un recipiente evitando que se formen grumos. Dejar reposar durante media hora sin que la chía se apelmace en el fondo, llevar a la heladera por dos horas y volver a remover. Triturar el mango hasta formar una crema, servir por encima de la mezcla de leche y chía, agregar frutos picados por arriba.
Polenta con leche y compota de frutas
Ingredientes:
- 1 taza de polenta cocida
- 1/2 taza de leche
- Azúcar a gusto
- 2 cdas de manteca
- 1 fruta grande
- 1 puñado de almendras
Sigue los siguientes pasos fáciles y rápidos: pisar la polenta, sumar leche y calentar a fuego bajo. Remover para que no se pegue, agregar azúcar a gusto. Por otro lado, calentar una sartén a fuego medio con las almendras para saltearlas por algunos minutos. Sacar las almendras y reemplazar por manteca y la fruta en trozos, cuando se dore y esté blanda ya se puede sumar un poco de azúcar. Cuando la polenta esté tibia, servir en un vaso con la fruta y almendras por encima.