La violación de una joven universitaria en Las Heras por parte de un hombre que ya tenía pedido de captura por otros abusos contra niños de su propia familia puso el foco en el abordaje y la prevención de uno de los hechos más aberrantes y condenados por la sociedad. Hace 15 años se implementó un sistema para los condenados y Mendoza registra el 0% de reincidencia en los 49 sujetos que se sometieron a este acompañamiento psicológico grupal, que es voluntario en los penales de la provincia.

El psicólogo Julián Canovas, Jefe del departamento de tratamiento para la prevención de la reincidencia de delitos contra índole sexual del Servicio Penitenciario Provincial, recordó que Mendoza fue centro de polémicas y debate por la propuesta de castración química contra los violadores, como un método para frenar los ataques a las víctimas. Fue un sistema que se ideó en 2010.

Esta medida se estableció a través de un decreto del entonces gobernador Celso Jaque que nunca se puso en práctica. En su lugar, se capacitó y se implementó un sistema de tratamiento que contó con el asesoramiento de prestigiosos especialistas de España.

El caso de El Chacal obligó a buscar una forma de parar a los abusadores

Armando José Lucero, de 68 años, fue el protagonista de una de las historias más aberrantes de la provincia. Violó desde los 12 años a su hija y tuvo 7 hijos-nietos con ella, que junto a su esposa criaron como propios. A raíz de los ataques sexuales, a los 15 años la víctima empezó a parir a los bebés, producto del incesto.

Armando Lucero, alias El Chacal de la Cuarta Sección.
El caso de El Chacal de la cuarta sección, un hombre que abusó en reiteradas oportunidades de su hija y tuvo descendencia con ella fue central para la prevención de dramáticos casos como este.

El caso de El Chacal de la cuarta sección, un hombre que abusó en reiteradas oportunidades de su hija y tuvo descendencia con ella fue central para la prevención de dramáticos casos como este.

Diez años después de la detención y posterior muerte de El Chacal en la cárcel, su esposa, Norma Ortubia, quedó presa por la participación necesaria y la omisión de denunciar las vejaciones contra su hija.

El caso fue emblemático y condujo a que el Ministerio de Seguridad ideara un mecanismo para neutralizar los ataques sexuales y evitar un padecimiento de por vida para las víctimas.

Y si bien la mal llamada "castración química" -en realidad, consistía en la dispensa de un medicamento- nunca se aplicó, el decreto que daba luz verde tampoco se derogó.

Un tratamiento específico para los condenados por violación

Canovas explicó que el abordaje para los varones condenados por abuso sexual en las cárceles de Mendoza tiene una dinámica grupal y su ingreso es voluntario, tres años antes de poder acceder a la libertad condicional.

El tratamiento dura justamente unos tres años y consiste en dos etapas: por un lado, la retrospección de la vida del condenado y por otro la toma conciencia y la empatía del daño que se les provoca a las víctimas. Fundamentalmente, la persona toma el control de sus actos, poniendo en foco los factores de riesgo a lo largo de su vida que lo acercaron a esta problemática.

Con más de una década de historia, pasaron por el programa 134 personas. De ellas, 49 cumplieron con la sentencia y no volvieron a la cárcel por este delito. Otros 85 están abordados por esta psicoterapia en las cárceles de la provincia.

Conectados. De los penales de Boulogne Sur Mer y San Felipe saldrán túneles que los unirán con las salas de audiencia. Foto: Maxi Ríos / Diario UNO.
Los presos condenados por abusos sexuales se someten a un tratamiento voluntario a tres años de la libertad condicional.

Los presos condenados por abusos sexuales se someten a un tratamiento voluntario a tres años de la libertad condicional.

La clave del éxito es la interacción grupal, la interpelación de los propios compañeros que están condenados por el mismo delito y que se encuentran bajo las mismas circunstancias.

"No sabemos si hubo una reinserción social, finalmente, porque una vez que recuperaron la libertad ya no tienen más contacto con el sistema. Lo que sí podemos decir es que no han vuelto a la cárcel por este delito. Es un programa largo, que representa un gran esfuerzo y que se sostuvo en los últimos quince años", destacó el profesional de la salud mental.

Para el jefe del programa es fundamental el reconocimiento del hecho y las consecuencias de sus actos, además de ponerse en lugar de las víctimas.

"Trabajamos mucho en la cárcel con material audiovisual de los testimonios de las víctimas. Lo abordamos, lo charlamos y aún así cuando vemos que una persona que pasó por esto pudo estudiar, formar una familia, no sabemos en realidad todo el sufrimiento que padeció y las consecuencias que esto trae para su vida hasta el día de hoy", reconoció el especialista.

Un programa para la prevención de abuso exportado a otras provincias

Canovas ponderó el éxito del programa con 0% de reincidencia en aquellos condenados que pasaron por esta terapia grupal voluntaria y recalcó que el tratamiento psicológico fue el abordaje que se definió en lugar de un medicamento que inhibía la erección, porque este no garantizaba poner fin a la conducta delictiva del atacante.

"El programa, que se importó de España con especialistas que vinieron a capacitarnos para esta modalidad, dio sus frutos y el equipo tuvo la oportunidad de viajar a otros puntos del país a compartir la experiencia", detalló.

Por último, destacó que "no hay registros que los hombres que pasaron por este tratamiento hayan vuelto a cometer abusos y hayan sido denunciados como para volver a la cárcel. Siempre decimos que es fundamental la educación sexual y la toma de conciencia para prevenir y ver a tiempo las alarmas y prevenirlos".