Las zapatillas de running deben estar en buen estado para evitar lesiones.
El aroma a nuevo, la sensación de estrenar y la emoción de dar los primeros pasos. Muchos corredores disfrutan ese momento especial de calzarse un par de zapatillas recién compradas. Pero, ¿cada cuánto tiempo deberíamos vivir esa experiencia? La respuesta, según la ciencia, no es tan simple como parece y va más allá de un número mágico de kilómetros.
Durante años, la creencia popular indicó que las zapatillas de running debían cambiarse entre los 500 y 800 kilómetros recorridos. Sin embargo, esta cifra no tiene un respaldo científico sólido.
Los estudios realizados se basan en pruebas de impacto con máquinas o en el seguimiento a corredores durante largos períodos. Pero la realidad es que existen factores más importantes a tener en cuenta.
El confort, el beneficio en el rendimiento y el riesgo de lesiones son los verdaderos indicadores que deberías considerar a la hora de decidir si es momento de cambiar tus zapatillas. Cada corredor es único, y cada tipo de calzado tiene características diferentes. Por eso, es fundamental prestar atención a las señales que tu cuerpo y tu calzado te da.
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Correr es un ejercicio muy completo, y tener el calzado adecuado es vital.
Señales clave según la ciencia
Rendimiento: si notas que tu desempeño al correr disminuye, podría ser una señal de que tus zapatillas ya no te brindan el soporte necesario. Estudios sugieren que entre los 160 y 240 kilómetros podrías experimentar una reducción en tu economía de carrera.
Incomodidad o dolor: cuando tu calzado empieza a causarte molestias o dolores que antes no tenías, es momento de considerar un cambio. Alternar entre diferentes pares de zapatillas durante tu entrenamiento puede ayudar a reducir el riesgo de lesiones.
Pérdida de confort: si percibes que ya no se sienten tan cómodas como antes, probablemente sea hora de buscar un reemplazo. Los corredores suelen notar una diferencia significativa cuando la amortiguación disminuye alrededor de un 10%.
Es importante recordar que estos factores pueden variar según el tipo de zapatilla y tu estilo de carrera. Las que vienen equipadas con placas de fibra de carbono, por ejemplo, suelen reservarse para días de competición y se reemplazan después de menos kilómetros que las convencionales.
La importancia de escuchar a tu cuerpo
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La ciencia nos da indicios de cuándo hay que renovar el calzado, pero debes escuchar a tu cuerpo.
No existe una regla única para determinar cuándo cambiar tus zapatillas de running. Lo más práctico es mantener tus zapatillas de competición "frescas" (con menos de 240 km), alternar entre un par de tenis durante tu entrenamiento regular y reemplazarlas cuando notes una disminución notable en la comodidad.
La ciencia demostró que después de esa cantidad de kilómetros recorridos hay una baja notable en la performance del calzado, algo que no sucede, por ejemplo, cuando se llega a la marca de los 160 km recorridos. Es por eso que si te interesa tener la mejor performance, debes renovar tus zapatillas al llegar a los 240 km recorridos.
Recuerda que tu cuerpo es el mejor indicador. Presta atención a cómo te sientes durante y después de tus carreras. Si experimentas molestias inusuales o notas una disminución en tu rendimiento, podría ser el momento de visitar tu tienda de deportes favorita y darte el gusto de estrenar un nuevo par de zapatillas. Después de todo, cuidar de tus pies es fundamental para mantener tu pasión por el running a largo plazo.
