Con el tiempo, algunas de ellas recuperaron su vitalidad, volviéndose a poblar de manera continua, lo que les permitió consolidarse como asentamientos duraderos en la historia de la humanidad. El título de la ciudad habitada más antigua del mundo se lo lleva una localidad de medio oriente.
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En Jericó, ubicada a unos 25 kilómetros de Jerusalén, los arqueólogos han descubierto evidencia de la presencia de cazadores mesolíticos que vivieron allí alrededor del año 9.000 a.C. Estos hallazgos son ampliamente reconocidos y han establecido a Jericó como la ciudad más antigua habitada del mundo, según diversos estudios y publicaciones.
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Cerca de mil años después, se formó una comunidad que construyó un gran muro de piedra, lo que indica que la ciudad probablemente tenía entre 2.000 y 3.000 habitantes en ese momento. Hacia el año 7.000 a.C., un nuevo grupo, probablemente proveniente del norte de Siria, se estableció en la ciudad. Con el tiempo, hacia el 4.000 a.C., Jericó alcanzó un desarrollo urbano más avanzado y reconstruyó sus murallas, que habían sido destruidas anteriormente.
De acuerdo con la tradición judeo-cristiana, Jericó fue la primera ciudad que los israelitas atacaron bajo el liderazgo de Josué. La Biblia también menciona que el rey Herodes tenía una residencia de invierno en la ciudad y que fue en Jericó donde murió.
En 2023, la Unesco reconoció el montículo de Tall Al-Sultan, que tiene 21 metros de altura, como Patrimonio de la Humanidad. Este montículo es considerado un testimonio de la Jericó descrita en el Antiguo Testamento y alberga los vestigios más antiguos de la ciudad que aún se conservan.
Además de la ciudad palestina de Jericó, existen otras ciudades levantadas por las civilizaciones prehistóricas de la Edad Antigua son: