A medida que avanzamos en edad, nuestro cuerpo experimenta cambios inevitables, pero eso no significa que debamos resignarnos al deterioro físico. Con el paso del tiempo, la musculatura se debilita, la flexibilidad disminuye y la densidad ósea puede verse comprometida. Sin embargo, un régimen adecuado de ejercicio puede ser la clave para prevenir y revertir algunos de estos efectos.
Cuál es el mejor ejercicio para combatir el deterioro físico después de los 50 años de edad
Beneficios del ejercicio después de los 50
Cuando una persona llega a los 50 años de edad, el cuerpo entra en una nueva fase de la vida, pero esto no significa que nuestra capacidad para mejorar nuestra salud haya desaparecido. De hecho, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), apenas el 27% de personas adultas hace ejercicio de fortalecimiento muscular y los mayores de 65, solamente el 17% lo hace. Por eso, los beneficios de ejercitarse después de los 50 son muchos:
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Fortalece los músculos y los huesos: El entrenamiento de fuerza y la actividad física que cargue peso ayudan a mantener la masa muscular y la densidad ósea, factores cruciales para prevenir caídas y fracturas.
Mejora la salud cardiovascular: El ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, es fundamental para mantener la salud del corazón y los pulmones, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Aumenta la flexibilidad y el equilibrio: Las actividades que promueven el estiramiento y el trabajo en equilibrio (como el yoga) son esenciales para evitar caídas, uno de los mayores riesgos para las personas mayores.
Aporta una mejoría a la salud mental: El ejercicio no solo mejora la salud física, sino que también libera endorfinas, ayudando a reducir la ansiedad, la depresión y el estrés, además de aumentar la energía y mejorar el estado de ánimo.
Qué ejercicio puedes hacer para evitar el deterioro físico
Aunque cualquier actividad física es mejor que ninguna, es importante elegir los ejercicios adecuados para evitar lesiones. Estos son algunos de los más recomendados:
Ejercicio aeróbico: Actividades como caminar, nadar, bailar, o andar en bicicleta son excelentes para mejorar la capacidad cardiovascular sin ejercer un impacto excesivo sobre las articulaciones.
Entrenamiento de fuerza: Usar pesas livianas o bandas de resistencia es clave para mantener y aumentar la masa muscular, lo que contribuye a la estabilidad, el metabolismo y la movilidad. Se recomienda hacer dos o tres sesiones de fuerza a la semana, trabajando los principales grupos musculares.
Flexibilidad y equilibrio: La práctica de yoga o pilates es muy beneficiosa para mantener la flexibilidad, mejorar la postura y fortalecer el núcleo del cuerpo, lo cual también ayuda a prevenir caídas. El tai chi, además, es excelente para mejorar el equilibrio y reducir el riesgo de caídas.
Ejercicios de bajo impacto: Las caminatas en la naturaleza, el ciclismo suave y la natación son ideales para aquellos que buscan una actividad física suave, pero efectiva, especialmente si se tienen problemas articulares o de movilidad.
¿Cuánto ejercicio es necesario?
La clave está en la constancia y en adaptar el ejercicio a las necesidades personales de cada uno. Al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana, lo que equivale a unas cinco sesiones de 30 minutos, es lo adecuado. Aunque esto no significa que se deba hacer todo de una vez.
Para quienes tienen problemas de salud específicos o han estado inactivos durante un largo período, es recomendable consultar con un médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio.