Plagada de idas y vueltas

Conoce la historia del cambio de hora de los relojes en verano

El objetivo era contarte el cambio del horario de verano de Nueva York, pero me fui por las ramas y te relataré una historia. Lo cual hizo todo más interesante

Con la excusa de que Nueva York confirmó cuándo volverán sus relojes a los horarios de verano, es que te traigo un artículo que explica la historia de por qué se aplica esta norma en diferentes partes del mundo. Claro que la razón es la de aprovechar la luz, pero un poco de contexto no nos vendrá nada mal.

Primero, rapidito, te cuento la información de los relojes de Nueva York. Es que la han pasado muy mal con tormentas y heladas por debajo de lo normal que obligaron a su gobernadora a asistir de diferentes maneras a quienes más lo necesitaban. Por otro lado, decidió invertir 1.000 millones de dólares para luchar contra la crisis climática, como para que puedas dimensionar la situación problemática.

Es por eso que los habitantes de Nueva York se preguntan cuándo volverán los horarios de verano, lo que permite disfrutar de la luz solar por más tiempo. En esas situaciones pueden aprovechar para caminar por Central Park, cruzar el Puente de Brooklyn o tomar un tren en el Grand Central Station. Es así que el sol veraniego y los nuevos horarios son muy deseados.

Las razones por las cuales se cambia el horario de los relojes

Para saber por qué se cambia el horario debemos remontarnos a 1784 cuando Benjamin Franklin presentó el proyecto económico donde proponía "ahorrar" la luz del día. Para ello, obligaba a los ciudadanos a levantarse al amanecer para ahorrar el gasto de la luz de las velas. Y utilizo la palabra "obligaba" porque sus palabras no eran específicamente amables.

El texto rezaba: "Todas las mañanas, tan pronto como salga el sol, que suenen todas las campanas de las iglesias; y si eso no es suficiente, que se disparen cañones en todas las calles para despertar a los perezosos de manera efectiva. Si se obliga a un hombre a levantarse a las cuatro de la mañana, es probable que se vaya a la cama de buena gana a las ocho de la tarde". Si, un poco polémico el proyecto.

Un inglés en Estados Unidos también fue parte de la historia

Más adelante, un inglés llamado William Willet notó que mientras montaba a caballo una mañana en 1907 las persianas de las casas estaban cerradas a pesar que el sol ya brillaba. Por eso también presentó un proyecto denominado "El desperdicio de la luz del día", donde explicó: "Todo el mundo aprecia las tardes largas y luminosas. Todo el mundo lamenta su disminución a medida que los días se acortan, y casi todo el mundo ha expresado su pesar por el hecho de que la luz casi clara y brillante de una mañana temprana durante los meses de primavera y verano se vea o se use tan raramente".

"El hecho de que se desperdicien, a todos los efectos, hasta 210 horas de luz del día cada año es un defecto de nuestra civilización. Dejemos que Inglaterra lo reconozca y lo solucione, añadía William Willet.

A pesar que intentó hasta lo imposible para que los empresarios, miembros del Parlamento y el Congreso de Estados Unidos contemplara la propuesta de adelantar los relojes 20 minutos cada uno de los cuatro domingos de abril y revertir el proceso los domingos consecutivos de septiembre, solo recibió burlas. Para colmo, un sector de la sociedad calificó a la práctica de inmoral por el pecado de "mentir" sobre la hora verdadera.

Willet gastó una pequeña fortuna en presionar a empresarios, miembros del Parlamento y el Congreso de Estados Unidos para adelantar los relojes 20 minutos cada uno de los cuatro domingos de abril y revertir el proceso los domingos consecutivos de septiembre. Pero su propuesta fue recibida en su mayoría con burlas. Una comunidad se opuso a ella por razones morales, calificando la práctica de pecado de “mentir” sobre la hora verdadera.

La Primera Guerra Mundial y su rol fundamental en esta historia

Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial los gobiernos y la ciudadanía reconocieron la necesidad de conservar el carbón utilizado para calentar los hogares. Es por eso que los alemanes fueron los primeros en adoptar oficialmente el sistema de prolongación de la luz en 1915, de esa manera lograban ahorrar combustible.

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Los panfletos que se repartían para promulgar "salvar la luz del día".

Los panfletos que se repartían para promulgar "salvar la luz del día".

Esto llevó a la introducción en 1916 del horario de verano británico: desde el 21 de mayo hasta el 1 de octubre, los relojes de Gran Bretaña se adelantaron una hora. Por su lado, los Estados Unidos y Canadá lo implementaron en 1918. Luego lo fueron poniendo en práctica países de todo el mundo, y aunque siempre se escuchó que el cambio de hora se había promulgado para ayudar a los agricultores, en realidad ellos se opusieron firmemente desde el principio de esta historia.

Es que cuando terminó la guerra, los agricultores (quienes se habían callado), comenzaron a alzar la voz. Exigían el fin del horario de verano, alegando que sólo beneficiaba a los oficinistas y a la clase ociosa. La controversia puso de relieve la creciente brecha entre los habitantes del campo y de la ciudad.

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"El tío Sam", haciendo de las suyas.

"El tío Sam", haciendo de las suyas.

Como dijo un escritor del Literary Digest (una revista semanal estadounidense de interés general publicada por Funk & Wagnalls): "El granjero se opone a hacer sus tareas matinales en la oscuridad sólo para que su hermano de la ciudad, que está profundamente dormido en ese momento, pueda disfrutar de un paseo en coche a las ocho de la tarde".

Antes de terminar, ya que estamos, los relojes volverán a su horario de verano en Nueva York el domingo 9 de marzo de 2025 a las 2 a.m. Y finalizará el 2 de noviembre de 2025, en el mismo horario.

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