Qué dice la psicología sobre las personas que no tienen apoyo familiar disponible
La psicología, tras muchos estudios de personalidad y comportamientos, ha identificado ciertos rasgos comunes que se repiten entre las personas que no cuentan con una familia cercana en la que apoyarse. Algunas de estas características pueden ser:
Aprenden a depender de sí mismos
Las personas que no cuentan con apoyo familiar desarrollan la capacidad de depender sólo de sí mismos. Esto deriva a veces en una independencia enorme que puede resultar admirable pero peligrosa en algunos casos. Por ejemplo, puede resultar muy complicado pedir ayuda ya que estas acostumbrado a hacerlo todo tú mismo.
Son muy complacientes
Al aprender a valorarse a sí mismos, las personas con poca conexión familiar desarrollan una alta empatía hacia los demás. Es posible que antepongan las necesidades de los demás por encima de las suyas, esto es un reflejo de lo vivido en la infancia o de la falta de apoyo cuando lo necesitaron.
Son personas resilientes
Las personas que no encuentran apoyo en sus familiares desarrollan altos niveles de resiliencia. Acostumbrados a resolver los desafíos de la vida en soledad, crean resistencia y resolución ante los contratiempos. Pueden transformarse en personas con una gran capacidad para resolver problemas.
Buscan pocas conexiones pero significativas
Al sentir la falta de familia buscan en sus relaciones cercanas sentido y significado real. Las personas que no cuentan con apoyo de la familia priorizan en el resto de sus vínculos la profundidad y valoran las amistades o parejas que llenan ese espacio vacío.
Valoran la soledad y el tiempo a solas
Según la psicología, las personas que no cuentan con apoyo familiar aprenden a valorar la soledad y el tiempo a solas desde temprana edad. Esto hace que escojan sus vínculos desde la elección y no desde la necesidad. No significa que sean introvertidos y antisociales, simplemente disfrutan de su propia compañía, pensamientos y el tiempo en silencio.
Capacidad de adaptación
Al haber enfrentado circunstancias o conflictos familiares desde la infancia, las personas que no tienen esta red de apoyo familiar tienen una notable capacidad de adaptación a lo que sea. Al no tener a quien recurrir, aprenden y resuelven por sí solas en los distintos entornos y situaciones.