Los asados son una tradición presente en la mayoría de los fines de semana de las familias argentinas. Sin embargo, el ritual del asado no finaliza hasta que limpiamos y dejamos impecable la parrilla.
Los asados son una tradición presente en la mayoría de los fines de semana de las familias argentinas. Sin embargo, el ritual del asado no finaliza hasta que limpiamos y dejamos impecable la parrilla.
Es por este motivo que a continuación te enseñaremos cómo se limpia correctamente una parrilla para dejarla sin grasa ni suciedad.
El primer paso será calentar la parrilla a una temperatura baja. La idea es que el calor comience a derretir la grasa y la suciedad pegada.
Si tu parrilla es tipo chulengo, cierra la tapa de la misma y deja que el calor impregne todo el ambiente por unos 5 minutos. Pasado este tiempo, apaga el fuego y pasa un cepillo de alambre por toda la parrilla.
El cepillo de alambre es ideal para limpiar una parrilla, ya que el mismo arrastra la suciedad y además no es conductor de calor, por lo que no sufrirás accidentes de quemaduras.
Finaliza la limpieza con un poco de papel de diario o papel de cocina. A continuación, retira las cenizas y limpia la base o el lugar donde apoyas la parrilla.
Una vez que la parrilla esté más fría, y en caso de que la grasa y la suciedad estén muy pegados, puedes utilizar desengrasantes químicos para remover los restos más adheridos. Tendrás que asegurarte de que el desengrasante sea compatible con el material de la parrilla.
Si limpiaste la parrilla con un producto químico, asegúrate de limpiarla bien con agua. Caso contrario, la próxima vez que realices un asado, el sabor del mismo estará afectado por los químicos.
Una vez que la parrilla esté limpia, debes guardarla en un lugar seco.
Dato plus: algunas personas limpian la parrilla con media cebolla, ya que la misma tiene propiedades antibacterianas, lo que ayuda a desinfectar la superficie.