Aquellas personas que han comido palta alguna vez, saben que cuando se abre, la pulpa comienza a oxidarse rápidamente y pasa de verde a marrón, llevando a que se la tire a la basura. Pero este proceso puede frenarse o demorarse.
Una de las formas de retrasar el proceso de oxidación de la palta es colocar algunas gotas de limón sobre la superficie de la palta. Esto formará una especie de barrera que protegerá la pulpa de la oxidación, aunque no es la única manera.
Otra alternativa es colocar en un recipiente el trozo de palta junto a una rodaja de cebolla. Hay que tener en cuenta que el recipiente debe ser hermético para que el azufre de la cebolla mantenga la palta en buen estado.
Otros usos para la palta
La palta, no obstante, no solo se puede comer, sino que tiene varios usos más. Incluso, la cáscara de esta fruta se puede aprovechar muy bien.
Por ejemplo, la cáscara de palta puede ser usada como infusión capilar. Solamente se deben hervir las cáscaras durante unos minutos y el líquido resultando sirve como enjuague, pero también para fortalecer la fibra capilar.
También es muy común usar las cáscaras de palta, con los restos de pulpa, como mascarilla facial, ya que tiene la capacidad de hidratar o nutrir la piel.
Pero las cáscaras de palta no solamente sirven como instrumento de belleza, sino también como repelente de insectos. En este caso, se las debe colocar en las zonas donde suelen aparecer estos bichos. Y también se las usa modo de fertilizantes para plantas.