Primero fuiste fiscal de instrucción Maipú-Luján, después de Delitos Complejos y finalmente de Homicidios.
-Exactamente. Comencé en el año 2004 como fiscal de Luján-Maipú y en el año 2009 me nombró el doctor González, quien era procurador anteriormente, como fiscal de Delitos Complejos hasta 2016 cuando ya se formó la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional. (Claudia Ríos está a cargo del N° 18).
--¿Siempre te gustó lo penal?
Recuerdo que cuando empecé a trabajar me había tocado el Octavo Civil y yo quería quería estar en la materia penal. Me miraban como diciendo “nunca vas a salir de este lugar”, estuve un mes aproximadamente y luego me cambiaron a un juzgado de instrucción y ahí seguí todo lo que es la carrera penal.
-¿Por qué te gusta investigar lo penal? ¿Qué te motiva?
De chica siempre me ha gustado el tema de las investigaciones, poder determinar algunos hechos delictivos. Por ejemplo en las necropsias, ¿por qué muere una persona?, ¿cuál fue la causa de muerte? Son preguntas que una se hace y tienen que ver con las distintas etapas que una va teniendo para investigar. De hecho no sabía si seguir medicina, para ser médica forense o abogada. Finalmente elegí esta carrera y medicina no porque en ese tiempo era muy difícil ingresar a la facultad. Yo vengo de una condición humilde, entonces era muy costoso hacer un preuniversitario. Por lo que opté por la abogacía.
La pérdida del gran amor y la psicología
Corrían los últimos años del siglo pasado y Claudia tenía dos proyectos pendientes: recibirse de abogada y casarse tras un noviazgo de varios años. Pero su compañero fue diagnosticado de meduloblastoma, un tumor canceroso maligno que se desarrolla en el cerebelo. “Fue una lucha de muchos años de quimioterapia, radioterapia, intervenciones”, nos contó.
El novio enfermo, antes de ingresar a terapia intensiva, le dio un escapulario que Claudia aún lleva en su cuello: “Quiero que te recibas y seas jueza de instrucción”, le hizo prometer. El joven falleció en diciembre de 2000.
-Tenés además 25 materias rendidas de psicología...
-Sí (risas), la tengo abandonada. Yo estudié psicología en realidad por circunstancias netamente particulares. Perdí a mi pareja de una enfermedad difícil en la cual me dieron ganas de estudiar eso. Todos creen que es por el trabajo y en realidad estudié psicología para abordar lo que es el acompañamiento de esas personas que están con tratamientos oncológicos y el apoyo a las familias. Llegué hasta cuarto año cursando las materias; pero bueno, tuve que dejar por circunstancias obvias que se vinculan al trabajo. A lo mejor retomo algún cursado en la facultad. Es una deuda pendiente.
-Sé que lo que contaste de tu pareja fue un antes y un después en tu vida. Hay una cadenita que te acompaña siempre.
-Estuve de novia muchos años. Mi novio comenzó con una enfermedad, cáncer. Lo acompañé en todo momento. Su sueño era que me recibiera. Lamentablemente no me pudo ver recibida porque falleció. Me faltaban muy pocas materias en el año 2000. Pero bueno, fue bastante difícil porque estábamos a punto de casarnos, (se le llenaron los ojos de lágrimas a ella y a todos en el estudio mientras grabábamos el programa) . Aún sigo comunicada con la familia, somos una gran familia con la mamá, sus hermanas, el hermano y sobrinos. Nunca se perdió esa relación. Creo que esa fue la primera gran pérdida que tuve de una persona que realmente llenaba todos mis sentimientos.
Y la segunda pérdida fue hace poco. Es terrible para mí. Es como si me hubiesen arrancado el corazón con la pérdida de mamá, así es que detrás de la investidura de cualquier fiscal por supuesto está la vida de una persona que también pasa por cosas tristes. Son dos pérdidas que me marcaron realmente.
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La familia, el Tomba y los perros
-Siempre hablás de la familia, tus padres, tu hermana, tus sobrinos.
-Sí, son la contención absoluta. Casi todos saben que resido con mi padre, mi hermana y mis cachorras (sonríe). También mi familia son mis tíos, mis primos. Entonces, cuando me siento mal o no puedo lograr alguna situación laboral o lo que fuera, llego a casa y tengo esa contención emocional. El amor ayuda. Aunque ellos no entiendan lo que esté investigando, jurídicamente hablando; pero llegar a casa y saber que están es la contención más fuerte. Eso es lo que me da fuerza para seguir un día más.
CCon tu familia además sos fanática del Tomba, ¿van a la cancha?
-Íbamos con mi hermana a la cancha. Lamentablemente dejé de ser socia del club Godoy Cruz Antonio Tomba porque me tocó investigar la muerte del Morro García. (N.d.R. El futbolista uruguayo, Santiago García, se quitó la vida el 4 de febrero de 2021). Entonces por una cuestión de objetividad obviamente dejé el club. Pero soy una fanática, amo al Tomba y me encanta ver los partidos. También entiendo que hay un nuevo equipo en la zona que es Independiente Rivadavia y también eso le hace bien a la provincia; pero si me hablás del Tomba y… es un sentimiento (risas). En la cancha te sacás todo, te liberás y te arrancás toda la presión laboral.
-¿Sos de insultar en la cancha?
-Seguro que insulto, nunca tienen razón los árbitros (risas). Sí insulto, no voy a mentir porque ahí uno se descarga. Ahora el que tiene que aguantar es mi padre o mi familia, que soportan mis gritos porque evidentemente soy muy efusiva (risas). No lo puedo controlar.
-¿Cómo te mantenés en forma? Porque te vemos siempre impecable, ¿hacés deportes?
- Sí, sí hago. Retomé porque en realidad había dejado de hacer gimnasia pero sí me gusta correr, me gusta hacer deportes, algo de boxeo o funcional. Mi padre es fanático del boxeo. En el poco tiempo que me puede quedar, hago ejercicio. Antes iba a natación pero no me dan los tiempos. Esto lo he retomado no hace mucho tiempo porque había dejado.
-Imagino que te llevás un poco el trabajo a la casa en la cabeza, pensando y pensando en alguna causa.
-Sí, soy ansiosa y quiero las cosas ya. Todo lo que te digan de mí es cierto porque en realidad soy así. Pero tengo un gran equipo dentro de la fiscalía. No es solo la doctora Ríos. Son los auxiliares, los secretarios, prosecretarios, es decir, un grupo grande, pero también personal policial y forense. Por ahí uno está trabajando y no te salen las cosas o no podés darle una respuesta a la familia que te ve con angustia. Ya mi familia está acostumbrada a escucharme.
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La fiscal Ríos durante un juicio.
Foto: Gentileza Poder Judicial
“Siento impotencia y dolor por no haber podido dar una respuesta a las familias de Piottante y Libedinsky”
-¿Cuál fue el caso que más te marcó? ¿Qué te hizo pensar en dedicarte realmente a lo que hacés?
-Todos los casos han sido relevantes, diferentes pero relevantes. Sí busco dar una respuesta a las familias, a aquellas personas que esperan. Me ha pasado que no he podido dar respuesta y en eso soy sincera y lo digo, a veces no he podido dar respuesta. Hubo una causa muy mediática que prescribió. Te queda ese dolor, esa impotencia y la verdad no pude darle una respuesta a su mamá.
-¿Estás hablando del caso Piottante-Libedinsky?
(N.d.R. Los cuerpos sin vida del psicólogo Flavio Piottante y de su paciente, Analía Estrella Libedinsky fueron encontrados la mañana del 13 de julio del 2006. Los peritos forenses determinaron que el psicólogo había muerto de dos balazos: uno en el tórax y otro en el cuello. En tanto que a la mujer la habían golpeado en el rostro y luego la habían estrangulado hasta matarla. El único sospechoso fue hallado en 2023 pero no fue preso porque la causa ya había prescripto).
-Sí, a la madre de Estrella Libedinski que lamentablemente falleció antes de que prescribiera esta causa, a la hermana de Piottante, a su sobrina, quisimos dar respuestas… Vos ves que tu equipo de trabajo está haciendo todo y no llegás. Te da esa impotencia, esa angustia. Recuerdo haber hablado con la hermana de Piottante y me dijo “quiero que sepan que me siento defraudada de la Justicia”, y yo lo digo públicamente porque es así, ella fue defraudada. Y una se siente con esa impotencia de no haber podido dar una respuesta. Entonces detrás de cada fiscal también hay una persona que puede sentir. Te quedás con esa carga emocional de decir “por qué no pude resolverlo”; hay causas en las que todavía hay gente que espera. Uno respeta al acusado, respeta las garantías de los acusados pero bueno es lo que a mí me toca y es lo que me gusta investigar.
La envenenadora de Guaymallén y el hombre gato
Karen Oviedo fue encontrada culpable de asesinar a su pareja y al hijo de este hombre al hacerlos ingerir líquido anticongelante para autos en 2021. Oviedo purga una condena a prisión perpetua. Claudia Ríos fue la fiscal de este caso
Otro de las causas de alto perfil público que tuvo que investigar la fiscal de homicidios es la del israelí Nicolás Gilad Gil Pereg, que mató a su madre y a su tía. Durante una de las audiencias el hombre comenzó a “maullar” y se ganó el mote de “hombre gato”. Durante el juicio su salud mental fue tema de debate por sus comportamientos “felinos". Finalmente el jurado popular lo condenó a prisión perpetua, ya que consideró que Gil Pereg comprendía la criminalidad de sus actos y que los femicidios fueron premeditados para ocultar fraudes económicos. Falleció en julio del 2024.
-Hay causas que realmente parecen sacadas de una película, como el caso de la envenenadora ¡Qué vuelco tremendo dio ese caso!
-Sí, comenzó con una investigación que creíamos que era solamente el fallecimiento del esposo de la señora Oviedo. Esto lo puedo decir porque es una causa ya con sentencia firme. Luego, la madre de la criatura que había fallecido me dice “yo tengo dudas sobre la causa de muerte de mi hijo”. Y comenzamos a investigar algunos servicios que mandaba el etilenglicol que compraba Oviedo y vimos que se daban las mismas circunstancias, los mismos resultados de la analítica, el oxalato de calcio. Es decir descubrimos otro hecho. La verdad es que a todos nos sorprendió, nunca creímos que iba a ser el mismo modus operandi que utilizó para matar al niño y al padre.
CAdemás recuerdo en este caso que entraron al teléfono de esta mujer y pudieron ver el historial de todo lo que ella bajaba.
-Sí. Encontramos búsquedas del tipo "cómo envenenar a una persona". Y consultas sobre lo que provoca el etilenglicol, el refrigerante de vehículos. Por eso siempre digo: darles relevancia a todas las causas porque todas las personas, todas las familias esperan una respuesta.
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A la fiscal Ríos le tocó investigar el caso del israelí Gil Pereg.
-Hubo otras causas también muy mediáticas, como la de Gil Pereg, el hombre gato. El hombre que mató a su mamá y a su tía y te tocó investigar.
-Fue un gran trabajo que hizo la gente de Homicidios, de ir viendo cámara por cámara. Empezó como un paradero denunciado por el señor Gil Pereg. Nunca pensé que íbamos a encontrar los restos de estas personas, es decir de su mamá y su tía, en el terreno. Yo decía “bueno vinimos tantas veces a este lugar y allanamos todo”, que fue sorprendente. Tuvimos la colaboración impecable de la gente de científica, el grupo de perros -que en ese momento estaba Ruca-, que también colaboró en la búsqueda de los restos de estas dos personas. Y tuvo repercusión internacional porque no se sabía qué pasaba con estas personas. Eran gente muy conocida en Israel. La tía vivía en Australia porque era científica. Fuera de la labor que una hace, es mucha presión, también porque no teníamos respuesta, hasta que hubo un trabajo de científica excelente, del comisario Reyes. Se encontró una mancha donde luego se determinó que era un perfil genético de una de las víctimas haciendo un cotejo con los elementos hallados en el departamento donde las mujeres estaban alquilando.
-¿Hay alguna causa, quizáz cuando comenzaste tu carrera, que te conmovió o te provocó cosas que te hayan hecho repensar tu camino?
-Empecé a trabajar muy joven, era auxiliar de una secretaría y me tocó justamente tomar una declaración. No voy a dar nombres pero era un hecho de un abuso sexual de una criatura que murió producto de ese abuso. El padre admitió que lo había hecho porque se había excitado. Yo era muy joven, recuerdo que tenía 20 años. Y me dije “esto es lo que voy a ver”. Me dejó bloqueada.
-¿Cuando te toca investigar un caso, vas armando una hipótesis en tu cabeza? ¿Te das cuenta cuando alguien está mintiendo en una declaración?
-Con los años y la experiencia, una se va imaginando que puede ser de una manera pero siempre hay un abanico de posibilidades. Y esto lo trabajamos en una mesa de diálogo con el personal policial, con el médico forense o Científica. Y empezamos a ver cómo pudieron haber pasado los hechos. Los escuchás, te vas formando una idea de cómo pudieron pasar los hechos delictivos. No siempre hay cámaras o un testigo directo, también hay indicios, pruebas indirectas que tenés que ir recolectando y a veces no está dado todo tan sencillo como para resolver. A veces puedo estar convencida de que tal persona es la responsable pero no tener pruebas o que declaren las personas, los testigos y luego deponen lo que habían dicho con anterioridad. Entonces por ahí decís “cómo hago” y no tenés pruebas y ha salido en libertad ya sea por la duda -o absuelto definitivamente- y una tiene una convicción íntima, no es lo que tiene que darse, sino la que es en base a pruebas, pero no las tengo y esta persona queda absuelta.
Cuando el gas pimienta la salvó del ataque de un preso peligroso
El 13 de septiembre de 2023, durante un juicio, la fiscal Claudia Ríos fue atacada por un interno con un arma blanca. En plena audiencia, Hugo Arredondo Suárez, quien ya cumplía condena a prisión perpetua por otros dos homicidios, tomó como escudo humano a una pasante a quien hirió en el cuello con un arma tumbera. Finalmente Claudia Ríos le arrojó gas pimienta en el rostro. Aún le duelen a Claudia los supuestos difundidos en algunos medios que dejaban en duda sus dichos sobre el ataque y hablaban de la hipótesis de que el interno quería huir.
-¿Qué pasó en ese juicio en 2023, cuando fuiste atacada por un interno? Pasados los días se dijo que el hombre quería huir del edificio, más que atacarte.
-Sí, los hechos fueron desvirtuados, esa es la verdad. Me dolió, te soy honesta, quizás la precipitación en querer saber qué ocurrió. Los hechos se fueron desvirtuando.
Estábamos muy próximos a las elecciones, entonces me tomé el tiempo para explicar qué había pasado. Se tergiversaron muchas cosas. Y me dolió que por ahí algunos medios y esto lo digo con mucho respeto porque todos los periodistas saben cómo valoro el trabajo que hacen, también saben que yo siempre hablo: si a mí me piden una nota, yo voy a responder; y si no respondo hay que saber esperar. Entonces por ahí se desvirtuó que yo saqué el gas pimienta pero en un tiempo posterior. Lamentablemente no había cámaras. Estábamos en una causa, en un debate que se hacía en el segundo piso del Polo Judicial. Hice conocer al doctor Mauro Perassi que me parecía que el lugar era muy chico ya que había tres imputados, tres acusados y la víctima era también un interno de penitenciaría. Entendía que el lugar era demasiado chico para la cantidad de gente que íbamos a estar en el juicio. Él también entendió de esa manera. Bajamos hasta el primer piso, es decir, a otra sala mucho más amplia. Sí me llamó la atención que estaban unos alumnos de la defensora que estaban haciendo sus pasantías.
Yo siempre llevo un gas pimienta. Otro error que por ahí algunos cometieron es decir que está prohibido, y no está prohibido el gas pimienta. Lo venden de manera pública. Yo tenía un gas pimienta chico en la cartera, y vi una situación totalmente anómala que fue que uno de los internos tuviera deseos de ir a orinar porque recién empezábamos. Y ahí vi al acusado venir hacia mí. Lamentablemente, la cámara que todos pudieron ver toma una sola parte, pero no se puede ver el otro lugar, que son las sillas del jurado. Es decir, mi interpretación es que si se hubiese querido dar a la fuga, salta y se va por las sillas del jurado ya que tenía salida. Entonces entendí que me iba a pegar. Jamás vi la chuza. Cuando los penitenciarios lo tratan de aprehender, veo que el sujeto tenía por el cuello a una de las alumnas en el piso. Una lástima que esa cámara no haya funcionado. Pero ahí veo que tratan de sujetarlo y él no soltaba a la alumna y es entonces cuando saco el gas pimienta y comienzo a rociarle la cara porque no la soltaba. Ahí veo que se le cae la chuza. Pensé que era un trapo, una venda, y no: era el mango de la chuza.
-¿Y qué quería hacer, escaparse o atacarte?
-¿Cuál fue mi percepción? Venía hacia mí porque tenía todas las posibilidades para retirarse. Esto es lo que tengo que explicar porque se tergiversó o le dieron un sentido diferente. Esta es mi apreciación. Podría haber saltado detrás de la defensora, haberse ido por la puertita que divide los asientos de una parte detrás de la fiscalía y los asientos que están detrás de la defensa. Aún así cuando se dio la vuelta para llegar a mi escritorio tenía la posibilidad de saltar. Era la misma altura que mi escritorio con la altura del límite que tienen los asientos del jurado y eso va directo a la calle.
-¿Falló la custodia del Servicio Penitenciario?
-No, no voy a dar ninguna opinión. Yo he trabajado mucho con el Servicio Penitenciario y los respeto muchísimo. El servicio penitenciario está a cargo del señor Orellana, a quien respeto y con quien me unen años de trabajo, por eso no voy a opinar porque yo era una víctima en ese momento. Ignoro si se hizo un sumario administrativo, si se hizo una causa contra el personal penitenciario lo ignoro. Y no quiero saberlo, porque trabajo con ellos y lo que sí por ahí me quedé pensando es que habían dicho que el cuchillo pudo haber estado en el baño. Lo dudo, porque la audiencia era en el en el segundo piso. Tendrían que haber cambiado esa chuza (arma tumbera casera) de un baño a otro. No sé cómo continuó la investigación, sí puedo compartir mi percepción: yo entiendo que él iba hacia mi persona pero nunca le vi este instrumento metálico, pensé que me iba a pegar un puñetazo, una trompada. Algunos me tomaron como una persona que mentía. Y todos los que me conocen saben que siempre digo la verdad. Es a mí a quién tendrían que haber preguntado pero bueno ya pasó, pero está bueno recordar bien cómo sucedieron las cosas.
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La periodista Carina Scandura y la fiscal Claudia Ríos.
Examen para irse a la Justicia Federal
-¿Qué cuentas tenés pendientes en la vida? ¿Estás totalmente plena y satisfecha? ¿Quizás la maternidad?
-No, no fui mamá. Ahora no podría hacerlo con la edad que tengo. En realidad vivo el día a día y disfruto lo que me dio la vida y lo que me tocó vivir, disfrutar mi familia, lo que me queda de familia porque como te dije anteriormente es como si me hubieran arrancado el corazón al perder a mamá. De hecho tengo un tatuaje. “Mamá mi amor eterno”, lo hicimos con Yamila, mi hermana.
Pero proyectos, sí me gusta trabajar, me gusta aprender, doy clases en la facultad. Estoy a cargo de un curso de capacitación de seguridad privada. Es decir, me gusta hacer un montón de cosas dentro de lo mío y poder progresar. Hace poco, el año pasado, rendí para la Justicia Federal. No sé cómo me habrá ido pero siempre tengo ganas de llevar a cabo cosas.
-Claudia, cada vez que vas a los allanamientos vas con unos tacos altísimos. Siempre divina, admirable.
-Yo no me saco los tacos, mido 1m 58. Me voy achicando (risas).