A diferencia de las computadoras tradicionales que procesan información en bits (unos y ceros), la computación cuántica utiliza qubits, que pueden existir en múltiples estados simultáneamente. Esta característica les permite realizar cálculos complejos de manera más eficiente.
Para lograr la teletransportación, el equipo de investigación trabajó con estados cuánticos de partículas sin carga, como átomos ionizados. El proceso requirió mediciones precisas y un control absoluto sobre el entorno para evitar interferencias que pudieran arruinar el experimento.
Los resultados superaron las expectativas: el estado cuántico teleportado alcanzó una fidelidad del 86% respecto al original. Esta precisión permitió ejecutar un algoritmo conocido como Grover con una eficiencia del 71% entre los dos procesadores cuánticos.
Impacto en el futuro de la tecnología
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Los científicos consiguieron la teleportación en el plano cuántico.
El avance representa un paso crucial para la ciencia aplicada, pues resuelve uno de los mayores obstáculos en el desarrollo de computadoras cuánticas: la escalabilidad. La capacidad de conectar módulos cuánticos mediante enlaces fotónicos abre nuevas posibilidades de diseño.
Las implicaciones de este estudio van más allá de la computación. Main destaca que la flexibilidad del sistema permite actualizar o reemplazar módulos sin afectar toda la arquitectura, lo que facilita su adaptación para diferentes aplicaciones.
El equipo de científicos publicó sus hallazgos en la prestigiosa revista Nature, donde detallan los aspectos técnicos del experimento y sus posibles aplicaciones futuras. Esta investigación sienta las bases para el desarrollo de redes cuánticas que podrían revolucionar campos como la criptografía y las comunicaciones seguras.