La ciencia moderna encuentra en este microorganismo una estructura única. Presenta crestas superficiales pronunciadas, hasta tres veces más anchas que las observadas en otras especies, que albergan fibras altamente conductoras compuestas por moléculas únicas basadas en níquel. Esta configuración natural supera a cualquier otra bacteria similar documentada hasta ahora.
estudio bacteria.jpg
El descubrimiento tiene muchas aplicaiones prácticas.
Lo más impresionante para la comunidad científica radica en sus potenciales aplicaciones prácticas. Esta bacteria del océano podría emplearse en diversos campos como la medicina, la industria y el monitoreo ambiental. "Estas bacterias pueden transferir electrones para limpiar contaminantes, por lo que podrían utilizarse para eliminar sustancias nocivas de los sedimentos", afirmó Li en declaraciones a la prensa.
El proceso de remediación ambiental suele ser uno de los aspectos más costosos y lentos en proyectos de infraestructura, especialmente cuando se intenta recuperar antiguos terrenos industriales para convertirlos en parques u otros espacios públicos. Contar con bacterias que puedan limpiar activamente el suelo gracias a su biología eléctrica representaría un gran avance para los esfuerzos medioambientales.
El descubrimiento que puede cambiar el mundo
La humanidad y la electricidad mantienen una relación antigua. Los primeros estudios sobre este fenómeno tuvieron origen biológico. Tales de Mileto, considerado el primer científico del mundo occidental, reflexionó sobre las causas de la electricidad estática, mientras que las proezas eléctricas de las anguilas inspiraron a Alessandro Volta para inventar la primera batería.
Nuestro conocimiento sobre la electricidad ha avanzado enormemente desde la antigua Grecia, pero el mundo biológico todavía tiene muchas lecciones que enseñarnos. Esta bacteria del océano demuestra que la naturaleza desarrolló sus propios sistemas de conducción eléctrica mucho antes que nosotros.
El diseño natural de esta proteína de níquel altamente conductora podría inspirar nuevos bioelectrónicos con aplicaciones revolucionarias. Los investigadores continúan explorando las profundidades del océano en busca de más organismos con propiedades extraordinarias que puedan contribuir al avance tecnológico y la preservación ambiental.
Mientras la sociedad moderna depende de la electricidad artificial generada por turbinas, reactores nucleares y sistemas fotovoltaicos, este descubrimiento nos recuerda que la bioelectricidad representa una frontera científica con potencial todavía inexplorado.