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Beber vino puede tener beneficios, pero también consecuencias no tan deseables.
Randy Gould, cardiólogo del Manhattan Cardiology en Nueva York, confirmó que el consumo moderado de vino tinto demostró efectos antiinflamatorios en pacientes sanos durante 2024.
La nutricionista registrada Lauren Manaker explicó que los beneficios del vino varían según su tipo, con la variedad tinta mostrando mayor concentración de compuestos beneficiosos que la blanca.
Los riesgos que preocupan a especialistas
Estudios recientes determinaron que tomar vino antes de dormir genera alteraciones en el ciclo de sueño, específicamente en la fase REM, clave para la memoria y las emociones.
Michelle Routhenstein, especialista en nutrición cardíaca, advirtió que el consumo excesivo de vino eleva la presión arterial y aumenta los marcadores de inflamación en sangre.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasificó las bebidas alcohólicas, incluido el vino, como carcinógenos humanos tras vincularlas con diversos tipos de cáncer.
Un equipo internacional de expertos encontró que el vino puede interactuar negativamente con medicamentos para alergias, ansiedad, epilepsia y otras condiciones médicas comunes.
Los nutricionistas recomiendan obtener los antioxidantes del vino a través de alimentos como bayas y frutos secos, que no presentan los riesgos asociados al alcohol.
Las últimas investigaciones sugieren que una copa de vino tinto podría integrarse en una dieta saludable, pero los especialistas insisten en que no resulta necesario comenzar a beberlo