Secretos de parrilla

Asado argentino: la receta perfecta para que los huesos del costillar se despeguen solos

Para hacer un buen asado a la parrilla, hay una técnica perfecta para que los huesos del costillar se despeguen solos de la carne y sorprender a tus amigos

Hacer un buen asado es cosa seria. Muchos prenden el fuego, salan y ponen la carne a la parrilla y sale. Pero no todos se toman el tiempo que el ritual merece para alcanzar el asado perfecto que los comensales se merecen. Por eso, es importante conocer la mejor técnica para que el hueso se desprenda y salga limpio de la carne para que comience el deleite al probar el manjar argentino.

Hay ciertos pasos para hacer un buen asado y transformar un domingo en un día perfecto. Levantarse temprano, tomar el desayuno. Preparar la parrilla y los utensilios son acciones necesarias para enfocarse luego en lo importante del asado. Hay muchas formas de hacerlos pero una sola que destaca: cocinar la carne con hueso dándole sabor pero, a la hora de comer que el hueso se desprenda y se comience a disfrutar.

Por eso, para lograr que los huesos del asado se desprendan fácilmente de la carne hay que "saber llevarlo", como dicen en el campo, a un punto de cocción perfecto, donde la jugosidad y la textura se combinan para brindar una experiencia única en el paladar.

Si preguntamos cómo obtener ese resultado impecable, es importante saber algunos trucos infalibles para que los huesos se suelten prácticamente solos y sorprender a los comensales.

El tiempo es clave

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Una de las claves para que los huesos se desprendan con facilidad es la cocción lenta. Este método permite que el colágeno de la carne se desintegre progresivamente, lo cual ablanda las fibras y facilita que los huesos se despeguen. La regla de oro es mantener una temperatura baja y constante durante un tiempo prolongado.

Tip: cocinar a fuego bajo, entre 120°C y 150°C, durante al menos tres a cuatro horas para cortes grandes como costillares o tira de asado.

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La salmuera, un paso previo fundamental

Antes de iniciar la cocción, hay que sumergir el corte de carne en una salmuera durante algunas horas (o incluso toda la noche). Esto no solo añadirá sabor, sino que también ayudará a que la carne retenga la humedad, evitando que se seque durante la cocción.

Cómo preparar la salmuera: Disolver 100 gramos de sal gruesa en un litro de agua. Añade hierbas y especias a gusto para potenciar el sabor.

El secreto del papel de aluminio

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Un paso importante es envolver el asado con papel aluminio durante la mayor parte de la cocción. Esto ayuda a crear un entorno de calor húmedo que afloja los tejidos de la carne y permite que los huesos se suelten con mayor facilidad. Una vez que la carne esté casi lista, retirar el papel para que se dore y adquiera una textura crujiente en la superficie.

El uso de la brasa y el humo

Aunque el tiempo y la temperatura son esenciales, el uso de brasas controladas y la aplicación de humo durante la cocción también juegan un papel importante. Mantener una distancia adecuada entre la carne y las brasas (unos 30 cm) asegura una cocción uniforme, mientras que el humo le otorga ese sabor inconfundible que distingue un buen asado.

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Reposo final

Una vez finalizada la cocción, dejar que la carne repose durante al menos 15 minutos. Este reposo permite que los jugos se redistribuyan y que la carne se asiente, logrando un corte mucho más tierno y jugoso. Así, al cortar, los huesos se desprenderán con suavidad.

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Evitar el error común

No se debe intentar apurar la cocción aumentando el fuego. Esto solo endurecerá la carne y dificultará que los huesos se desprendan fácilmente. La paciencia es la virtud del asador: un fuego lento y constante te llevará al resultado que estás buscando.

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