Los trabajos realizados por Vialidad Nacional lo sorprendieron en la ruta. El playón de aparcamiento situado en Uspallata, lugar donde muchos vehículos suelen esperar horas en casos de inconvenientes, se convirtió en su “refugio”.
Como él, otros tantos turistas, muchos de ellos con niños pequeños, contaban los minutos para llegar a sus domicilios tras largas horas incómodos y amontonados.
Evitar riesgos, el objetivo de Vialidad Nacional
Pablo Tijeras, de la Guardia Urbana de Las Heras, sostuvo que las tareas de Vialidad tuvieron como objetivo evitar riesgos y aseguró que, pese al clima tenso que generó la situación, “no había más remedio”.
“La zona de túneles es la más complicada, pero pronto se habilitará”, dijo, señalando que más de 500 vehículos permanecieron estacionados durante toda la noche y madrugada del miércoles. En efecto, el jueves por la mañana todo el tramo quedó liberado.
De a poco, algunos pudieron avanzar encapsulados para evitar inconvenientes y posibles accidentes. Mientras tanto, Uspallata, colapsada por la situación, no contaba con alojamiento disponible.
“Cuatro máquinas trabajaron intensamente. El túnel 4 fue el más complejo”, agregó Tijeras. Muchos mendocinos permanecieron debajo de esos túneles para refugiarse de las tormentas que afectaron la zona de montaña.
Ana vive en Uspallata y alojó a una familia
“Anoche alojé en casa a una familia amiga porque no conseguía dónde permanecer. Varias personas me preguntaron, pero no tuvieron otra opción que quedarse durmiendo en sus vehículos porque no conseguían dónde pasar la noche”, señaló a Diario UNO Ana Ratchitzky, que es docente, vive en Uspallata y es mamá de dos hijas.
“Lamentablemente, ante estas situaciones Uspallata y alta montaña quedan aisladas. Al estar el centro municipal a 120 km tampoco se puede asistir a las personas. No es la primera vez que pasa”, dijo.
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Ana vive en Uspallata y alojó a una familia.
Gentileza
“Uspallata es una localidad que pertenece a la Municipalidad de Las Heras. Nuestro gobierno municipal está a 120 kilómetros de Uspallata. Entonces cuando Uspallata y las localidades de alta montaña como Puente del Inca, Polvareda, Punta de Vacas, quedamos aisladas por contingencias climáticas, ya sea aludes, nevadas, lluvias, o algún accidente en la ruta que se prolongue mucho tiempo, quedamos sin posibilidad de recibir asistencia del gobierno municipal porque está a 120 kilómetros”, detalló.
“Entonces contamos con lo que pueda haber acá en la delegación municipal, que por ahí tienen algún colchón, pero no para asistir a una contingencia como esta. Por ejemplo, hay un polideportivo grande que en una situación así podría funcionar para alojar personas, pero no está esa posibilidad por esta cuestión de la distancia con el gobierno municipal”, dijo.
Lo cierto es que Ana amontonó gente en una habitación y allí pudieron descansar. “Las cabañas estaban todas ocupadas y ningún prestador tenía lugar”, explicó.
Por eso se ofreció a brindar su casa. “Nos acomodamos en el espacio que tenía, eran 5. Después de eso, otra familia me consultó pero ya no tenía lugar”, aclaró. Esa familia, finalmente, se terminó quedando en Los Andes a hacer noche.