Existen enfermedades que es normal que padezcan casi todos los bebés, pero que no por eso dejan de ser peligrosas si no se tiene los cuidados correspondientes. La bronquiolitis es una de ellas y por eso conocer los síntomas primarios y actuar preventivamente puede llegar a ser clave para luego afrontarlas.

La bronquiolitis es una infección común en bebés, especialmente durante los meses más fríos. Afecta las pequeñas vías respiratorias, provocando inflamación y dificultando la respiración. Mientras se espera la consulta médica, se puede implementar algunas medidas en casa para aliviar las molestias de los bebés antes de llevarlos a una consulta con un tratamiento médico.

Los síntomas de la bronquiolitis

Según explica este artículo de la Sociedad Argentina de Pediatría, los síntomas más comunes de la bronquiolitis en los bebés incluyen dificultad para respirar, con respiraciones rápidas o con silbidos, fiebre, dificultad para alimentarse o dormir, y en casos más graves, piel pálida o azulada. Ante estos signos, es fundamental consultar al pediatra de inmediato para evitar que la enfermedad siga avanzando a un cuadro más grave.

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La bronquiolitis puede ser grave en los bebés.

La bronquiolitis puede ser grave en los bebés.

En cuanto a las medidas que se pueden tomar en forma previa a la consulta pediátrica, se recomienda mantener al bebé hidratado. Es esencial, ya que la fiebre y la dificultad para respirar pueden provocar deshidratación. Colocarlo en posición semisentada facilita la respiración. Además, limpiar sus fosas nasales con suero fisiológico y un aspirador nasal ayudará a despejar las vías respiratorias. Si tiene fiebre, se puede administrar antitérmicos como el paracetamol o el ibuprofeno, siempre bajo la supervisión médica.

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La bronquiolitis puede ser grave en los bebés.

La bronquiolitis puede ser grave en los bebés.

Es importante recordar que la bronquiolitis es una enfermedad viral, por lo que los antibióticos no son efectivos. Los virus causan esta infección y los antibióticos solo actúan contra las bacterias. Por esta razón, es fundamental para los bebés evitar la automedicación y seguir estrictamente las indicaciones del pediatra.

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