Entrevista exclusiva

Andinista perdido 6 días en el Cerro El Plata: "No maté, no robé, ¿qué hice para merecer esto?"

El andinista Fernando Reto caminó 80 km. para salir de una quebrada a la que comparó con los muros de una cárcel. Su cabeza fría y optimismo innato lo salvaron

Fernando Reto, de 44 años, sobrevivió seis días perdido en el corazón del Cerro El Plata, en Vallecitos, y su nombre resonó en las noticias de todo el país. Sentados frente a frente en un quincho del Andino Tenis Club, el andinista narró a Diario UNO todo lo que pasó por su mente y su cuerpo durante los 80 kilómetros que caminó para atravesar la Quebrada de la Jaula, donde sintió que fue observado por pumas, y a la que definió como una verdadera cárcel.

Durante una entrevista de más de 2 horas realizada en la tarde del miércoles, varias veces dijo que no cree tener una historia para contar. Y es que aun no comprende la proeza que realizó durante los seis días que se mantuvo vivo tras una extenuante caminata y casi sin comida por la quebrada Oeste del Cerro El Plata, de la que no existe registro que otra persona haya atravesado de punta a punta como hizo él.

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Fernando Reto, el abogado y andinista de 44 años que estuvo seis días perdido en el Cerro El Plata.

Fernando Reto, el abogado y andinista de 44 años que estuvo seis días perdido en el Cerro El Plata.

Reto es oriundo de Buenos Aires pero eligió Mendoza para vivir. El Andino Tenis Club es como su segunda casa. Eligió ese lugar para la entrevista porque es donde todos los días va después de las 19.30 para disfrutar de la naturaleza, el deporte y los amigos. Durante la entrevista, varias personas lo esperaban para saludarlo y abrazarlo. Incluso alguno que otro le confesó que hizo una promesa con tal de volver a verlo vivo.

De entrada se pintó como un tipo humilde, trabajador, muy tranquilo, modesto, apasionado por el deporte y con objetivos claros. Dijo que está acostumbrado a estar en tensión y bajo presión, y por eso el tiempo que estuvo perdido en la montaña se puso en modo robot y supervivencia para ir hacia adelante y salir de allí. Detalló también que tiene una alta tolerancia al frío y no sufre el hambre, por eso la poca comida que tenía le alcanzó y hasta le sobró.

El andinista llevaba de casualidad en su mochila 2 sándwich de miga, un paquete chico de palitos salados, uno de maní chiquito, un turrón, una Vauquita, unos Rocklets, un Mantecol y un poco de chocolate 70% cacao, que racionó durante 6 días.

Qué le pasó al andinista que se perdió en el Cerro El Plata

"El objetivo fue seguir el río. Una vez que vi el río me acordé de alguna que otra película que vi de supervivencia que decía que había que seguirlo que te sacaba a algún lado", expresó Fernando Reto en el comienzo de la entrevista. "Yo estaba seguro que iba a salir por algún lado del dique Potrerillos".

El sábado 8 de febrero fue al Cerro El Plata con su amigo Samuel justo casi para la misma fecha que hicieron cumbre allí el año pasado. El domingo salieron a la cumbre: "Yo venía a un paso lento, pero con cabeza y piernas bien. Samuel venía más fuerte y estaba pasando frío por esperarme. Le dije que siguiera tranquilo a su ritmo. Así que él, con mi consentimiento, siguió. Fue lo pactado, que él siguiera así no perdía ritmo ni temperatura", relató el andinista.

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Fernando Reto llegó a Mendoza en el 2020 y conoció la montaña. Desde ese momento el andinista sale todos los fines de semana a la naturaleza.

Fernando Reto llegó a Mendoza en el 2020 y conoció la montaña. Desde ese momento el andinista sale todos los fines de semana a la naturaleza.

Samuel llegó a la cumbre y cuando bajó se volvieron a cruzar a 100 metros de la cima: "Me dio una radio con batería y nos separamos de nuevo. El camino de subida no presentaba ninguna dificultad y estaba bien marcado".

Detrás de Fernando iba una excursión de tres personas con dos guías a quienes dejó pasar, y llegaron a la cumbre del Cerro El Plata. Unos minutos después lo hizo él. Allí el guía de la expedición le advirtió que no se quedara mucho porque se acercaba una tormenta, y el grupo bajó. El abogado se quedó 5 minutos solo en la cima. Se sacó selfies, e hizo una toma 360. Pero cuando emprendió el regreso no se dio cuenta que tomó el camino equivocado.

"La cumbre es tan chica y llena de nieve que se presta para confusión", sostuvo Fernando Reto. Caminó 50 minutos le llamó la atención que no veía el camino marcado ni a la expedición delante de él, hasta que llegó un punto en el que se dio cuenta que estaba perdido.

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La foto en la cumbre del Cerro El Plata que el andinista de 44 años se sacó antes de perderse.

La foto en la cumbre del Cerro El Plata que el andinista de 44 años se sacó antes de perderse.

Miró hacia atrás y decidió no regresar a la cumbre por el cansancio que tenía. Su primera meta fue bajar un poco más y buscar un lugar seguro donde pasar la primera noche.

Invirtió toda la energía que le quedaba en bajar hasta que encontró con el brazo de un río, y se acomodó ahí para descansar. "Después me enteré que era el Río Blanco". Tenía el celular con batería, pero apagado al igual que la radio, y encendió los dos dispositivos para intentar comunicarse, pero no conseguía nada de señal.

La proeza de 6 días del andinista en el Cerro El Plata

Tal como lo había visto en alguna película, estaba convencido que tenía que seguir el río para escapar de la montaña que lo había atrapado como un laberinto sin salida. Su idea era que llegaría a algún lado del dique Potrerillos, y con esa convicción siguió adelante.

"Llegó la primera noche me metí en una piedra grande como una cueva para que me cubriera del viento y a dormir". Contó que le puso nombre a los lugares en los que durmió cada noche. Esa fue "la posada del río".

Su único acompañamiento era el rugido del agua que bajaba por el río del que se aferró para salir de la montaña. "Era constante, era muy fuerte y hasta me confundía. Me traía sonidos de personas, de radio, de música y de helicópteros. Continuamente miraba hacia arriba pensando que había helicópteros".

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Fernando Reto es un apasionado de la montaña y la naturaleza. A pesar de ser de Buenos Aires, no quiere regresar a su ciudad.

Fernando Reto es un apasionado de la montaña y la naturaleza. A pesar de ser de Buenos Aires, no quiere regresar a su ciudad.

Pensó que había alguien del otro lado, y llegó a creer que quizás se trataba de un pueblo cerca del dique. "Grité muchas veces, pero nadie respondía". La otra compañía que tuvo todas las noches fue la luna: "Tan nueva y brillante que era increíble. Me daba bronca porque pensaba que si no estuviese en este momento, esas noches eran para disfrutarlas".

El lunes cuando se levantó se dedicó a explorar el terreno con el fin ver hacia adelante y hacerse la idea de lo que le esperaba. Subió un cerro: "Mi ingenuidad fue creer que iba a poder ver hasta donde llegaba el río. Solo vi un poco y después había otro paredón de montaña". Estaba a mitad de camino en una bajada, se le hizo la noche y durmió ahí.

A ese lugar lo llamó "la posada del cóndor". La bajada era muy pronunciada y se sostuvo de una roca para no rodar mientras dormía. Además, le pareció ver un par de ojos que brillaban a pocos metros de él, y pensó que podía ser un puma. Pero al encender una linterna no vio nada. Sintió la presencia de los animales salvajes, hasta que el cansancio lo venció.

El martes terminó de bajar del cerro y confirmó que debía continuar sin alejarse del cauce del río. Se mentalizó como si fuese un trabajo para levantarse en la mañana, caminar y a la noche descansar. "Me puse en modo robot para darle para adelante".

Los pensamientos más absurdos que pasaron por la cabeza del andinista

Fernando Reto se describió como una persona muy culpógena y su cabeza se llenó de preocupaciones en las primeras horas que estaba perdido y buscaba cómo salir del Cerro El Plata.

"Primero pensé en que si mis padres se enteraban se iban a preocupar, y no quería. También pensé en el trabajo que no iba a poder hacer y que otro compañero iba a quedar recargado. Pensaba también en que me iban a despedir. Además, en la noche del lunes tenía un partido doble de tenis y estaba preocupado porque no tenía cómo avisarle a mi compañero que no iba a llegar", narró el abogado y andinista.

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El andinista Fernando Reto aseguró que está acostumbrado a estar bajo tensión y eso lo ayudó a sobrevivir en el Cerro El Plata.

El andinista Fernando Reto aseguró que está acostumbrado a estar bajo tensión y eso lo ayudó a sobrevivir en el Cerro El Plata.

Pero en medio de las dificultades que tenía en el terreno, más todo lo que hacía para cuidarse y no lesionarse, el andinista decidió cambiar de mentalidad: "Me dije, si mis padres se preocupan que lo hagan, si me echan que lo hagan y listo, me tengo que concentrar en seguir adelante para salir de acá".

Así avanzó unos días, pero estos pensamientos volvieron más fuertes: "No podía sacarme de la cabeza cuánto era el tiempo de presunción de fallecimiento, y creo que es de 10 días. Pensaba, después de esos 10 días me dan por muerto y me van a vaciar el departamento, con todo lo que me costó tener mis cosas. Entonces, tenía que salir de ahí antes de ese tiempo". Pero luego volvía a ponerse en foco su objetivo: "Necesita concentrarme en avanzar y pensé, que me vacíen y saquen todo, empezaré de cero y listo".

El sinuoso camino que hizo Fernando Reto

El seguir el cauce del río implicaba situaciones de mucho estrés y peligro para la vida del andinista, ya que no era un camino sencillo en línea recta. Muchas veces tenía que bajar y luego subir para recuperar ese camino, y otras cruzarse de una orilla a otra a pesar del fuerte caudal del agua que bajaba hasta con piedras.

Nada quedaba al azar para Fernando, sino que cada paso que daba era analizado y estudiado para no cometer ningún error, aunque no siempre todo salía como lo esperaba. El miércoles avanzó, escaló un cerro muy complicado, y cuando bajó del mismo notó que había forma de continuar. Al retomar el camino se quedó enriscado y no encontraba por dónde bajar: "En un momento me había quedado puesto muy nervioso porque no encontraba la bajada. Esa montaña fue la más dura".

"Ese fue un momento crítico. Nunca pensé en abandonar, pero sí estuve muy preocupado y recé 2 o 3 padres nuestro. Llegué a pensar qué había hecho de malo en la vida para estar pasando eso. Y yo no hice nada, no maté, no violé, no robé, no engañé a nadie, ¿por qué me pasaba esto?". recordó el abogado de 44 años.

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Por un momento, el andinista Fernando Reto se preocupó en no encontrar la salida del Cerro El Plata.

Por un momento, el andinista Fernando Reto se preocupó en no encontrar la salida del Cerro El Plata.

A pesar de la dificultad, encontró el camino y salió de allí. Tuvo que volver hacia atrás varios kilómetros y ya se mentalizó que eso le costaría una noche más en la montaña. Caminó mucho con sus medias mojadas, lo que le provocó grandes ampollas en las plantas de los pies. Esa fue la lesión más grave que sufrió.

La tercera noche durmió en un lugar al que llamó "nido de ratas" o "ratonera" debido a dos huecos que entre las piedras donde parecía que habitaba algún roedor. Hasta ese momento había comido muy poco ya que dijo que soporta bien el hambre, pero esa noche se comió un sandwich entero y un paquete de palitos.

El jueves se levantó con los primeros rayos del sol, caminó todo el día, y en la noche encontró un lugar a la vera del río donde había tierra y la llamó "la vizcachera": "Esa noche hasta llegué a soñar".

Cada vez más cerca de la Ruta 7, aunque no lo sabía

Además, ya había visto rastros de humanidad que en algún momento había estado allí: "Encontré una símil parrillita, una lata de Nestlé y una lata de sardina súper oxidadas". A medida que avanzaba, el andinista se encontró con otros indicios de personas que habían estado por la zona, pero no sabía cuándo. Otras fueron las pircas: "Nunca había mirado tanto una pirca para saber si alguien la había hecho o era natural", a las que tomó como indicadores del camino.

A medida que avanzaba durante el viernes vio vegetación más verde y menos altitud, aunque el camino todavía era complicado y lleno de vueltas que desembocaban en altísimos paredones de montañas rocas.

Ya era el sábado y todavía no quería pensar que estaba se acercaba hacia la civilización en la montaña, pero se volvió a encontrar con una especie de parrilla y cerca había una lata de Ensure y una de Pepsi, a las que le miró la fecha de vencimiento. Una había caducado en el 2018 y la otra en el 2020, y sintió que todavía estaba muy lejos.

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El andinista vio pasar un camión y ya sabía que estaba a pocos metros de la ruta.

El andinista vio pasar un camión y ya sabía que estaba a pocos metros de la ruta.

Mientras avanzó se encontró con más indicios: fierros como de tren, y se veía un camino viejo pero del tamaño para un auto que estaba marcado que seguía del otro lado del río. Decidió tomarlo para ver dónde lo llevaba, además que bordeaba el cause de agua.

"Caminé y caminé unas horas hasta que a lo lejos de repente veo algo blanco que pasó. No quise pensar nada, yo siempre desconfiado, seguí caminando y poco después vi otra cosa blanca que pasó pero para el otro lado. Seguí un poco más hasta que vi un camión y ya está, era un camión, ya no desconfié más", detalló el abogado que estuvo 6 días dentro de la montaña.

"Me empecé a tomar el agua, tiré lo que me quedaba, -llevaba casi 3 litros- no quería cargar nada más. Me comí los Rocklets, el Mantecol y medio sándwich que me quedaba. No sabía cuánta distancia me quedaba, pero me dije acá no paro más".

El último desafío que le dio la Quebrada de la Jaula fue un enorme pozo que no tenía forma de cruzar poco antes de llegar a la ruta. No se desesperó, se mantuvo calmo, y caminó por el borde del precipicio hasta que llegó a una zona del ferrocarril donde había un puente para llegar al otro lado, y finalmente llegó a la Ruta 7, aunque él todavía ni sabía dónde estaba.

La montaña lo expulsó sano y salvo a la ruta

"No sabía ni para qué lado estaba Mendoza. Pasó una camioneta, le levanto la mano y se paró. Me vieron así desahuciado, todo sucio, ni voz tenía, y les pregunté para qué lado estaba Mendoza y si me podían llevar. Me dijeron que iban hasta Uspallata pero iban con la camioneta llena y no tenían asiento", recordó Fernando y les contó que se había perdido hacía 6 días en el Cerro El Plata, pero como los viajeros regresaban de Chile no sabían nada.

Luego de explicarles un poco más, lo subieron a la camioneta. Allí fue donde prendió el teléfono y lo primero que hizo fue escribirle un mensaje a su amigo Samuel, porque sabía que iba a estar muy preocupado. Luego le escribió a la novia actual y a su ex novia porque ella había quedado registrada por cualquier emergencia.

El andinista detalló: "A mi vieja le mandé un mensaje ingenuamente y le dije que ya había recuperado el celular, que me lo habían arreglado y lo había recuperado, quería hacer de cuenta que no había pasado nada para no preocuparlos. También les mandé a mis hermanos y cuando tenía señal me entraban un montón de mensajes y llamadas, pero no quería quedarme sin batería".

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No era la primera vez que Fernando Reto iba al Cerro El Plata, pero sí la primera vez que se perdía en una montaña.

No era la primera vez que Fernando Reto iba al Cerro El Plata, pero sí la primera vez que se perdía en una montaña.

Pero entre medio de esa catarata de mensajes alcanzó a leer uno de una de sus hermanas que decía: "Pidan el helicóptero ya", y se dio cuenta que toda su familia estaba al tanto que algo había pasado. "Dije, ya saben todo. Y empecé a mandar que estaba bien y escribirles uno por uno".

Llegó a Uspallata y se bajó en el puesto de control de Gendarmería Nacional de la aduana de los camioneros. "Me presenté ante un gendarme, le dije que era Fernando Reto y me dice: 'El abogado'. Y yo pensaba, no importa si soy abogado o qué, estoy perdido hace una semana".

Pero la respuesta del gendarme lo descolocó: "'Sí, sí, yo estoy siguiendo tu caso', qué caso, dije yo. Me mostró las notas de los diarios y me dijo que toda mi familia estaba en Mendoza".

Ahí llegó la Policía, lo trasladaron al Hospital de Uspallata, donde le pusieron suero para que recuperara sales. Minutos después llegó su familia, quienes lo abrazaron y lloraron con él, especialmente su hermano más chico con quien llevaba un tiempo distanciado y este episodio límite en la vida volvió a unirlos como nunca antes.

Más allá de todo lo vivido, el andinista aseguró que volverá al Cerro El Plata y que su próxima meta es nada menos que el Coloso de América, el Aconcagua.