Día de la Madre

Amor y coraje: la historia de Pamela y sus trillizas, apoyadas por una madre ejemplar

Pamela Quiroga, es policía y cría sola a sus trillizas que llegaron sin tratamiento. En el Día de la Madre, asegura que encontró en su mamá, un pilar fundamental

La historia de Pamela Quiroga, policía, de 26 años, nacida y criada en el distrito de Las Paredes, en San Rafael, es un relato de coraje y maternidad inesperada. Su primer embarazo la sorprendió no con uno, sino con ¡tres! bebés. Lo que podría haber sido una prueba monumental de vida, para ella se convirtió en el inicio de un amor incondicional que nunca antes había experimentado.

Aunque el padre de las niñas se alejó poco después de su nacimiento, Pamela nunca se sintió sola. Este amor también le permitió reconocer el invaluable apoyo de su propia madre, María, quien se convirtió en su pilar esencial mientras cría a sus trillizas.

Había comenzado recientemente una relación con su novio y, por eso, jamás habían considerado la posibilidad de formar una familia. Fue así que la noticia del embarazo resultó un verdadero “balde de agua fría”, como ella misma lo describe. Sin embargo, el verdadero asombro llegó con aquella primera ecografía en el Centro de Diagnóstico de Las Paredes, donde acudió acompañada por su pareja.

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“Sentí la mirada del doctor clavada en mis ojos y, de inmediato, llamó a un colega. Recuerdo claramente sus palabras: ‘Cuatro ojos ven más que dos’”, relata. Su primer pensamiento fue que algo no estaba bien, que había alguna complicación, y eso la asustó. Antes de preguntarle si había sido sometida a un tratamiento de fertilidad —a lo que, por supuesto, Pamela respondió que no—, el médico le habló de mellizos. Mientras escuchaban con atención aquellos “puntitos que latían”, el doctor volvió a acercar sus ojos a la pantalla. “Hay otro”, le anunció.

Pamela Quiroga con sus hijas Morena, Emma y Bianca.jpg
La sonrisa, la felicidad. Pamela y su equipo de mujeres que legó de golpe.

La sonrisa, la felicidad. Pamela y su equipo de mujeres que legó de golpe.

“Fue una mezcla de sensaciones, algo imposible de describir. De repente pensé en todo lo que se venía: pasaba de ser una oficial de policía que estudiaba la licenciatura en Seguridad Pública y vivía sola a ser mamá a tiempo completo”, reflexiona, y agrega: “A pesar del asombro, fue una felicidad inmensa: no podía dejar de reír y llorar”.

Después de una charla profunda con el ginecólogo, que le habló de todos los riesgos que conlleva un embarazo múltiple, Pamela comenzó una nueva etapa que define como “la otra parte de su vida”. Cumplió con el reposo indicado, no sufrió ningún malestar; los meses de gestación transcurrieron de manera placentera y saludable.

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La historia de Pamela y su maternidad por tres

Finalmente, el 4 de julio de 2022, llegaron al mundo Morena, con 1.370 kgs; Emma, con 1.060; y Bianca, de apenas 850 gramos. El Hospital El Carmen de Godoy Cruz estaba revolucionado: habían nacido trillizas sin tratamiento de fertilidad. Inmediatamente, las pequeñas pasaron a Neonatología, donde permanecieron durante 59 días.

“Ya me había hecho a la idea y estaba feliz, acompañando su evolución y viéndolas crecer. Empecé a ver la vida de otra manera y a afrontar esa gran responsabilidad”, recuerda con ternura.

Sin embargo, como si todo lo vivido no fuera suficiente, una semana después del alumbramiento, Pamela enfrentó otra dura prueba. Fue en ese momento cuando el papá de las nenas confesó que la situación lo había superado y que se alejaba. “Sí –relata—fue muy duro, pero nunca perdí de vista que la prioridad eran las niñas y que debía salir adelante. No tuve opción y dejé las puertas abiertas para que él hiciera lo que sintiera”.

En ese contexto, se mudó a la casa de sus padres. “Mi mamá quedó sola muy joven como sostén de hogar y tomó las riendas de la casa trabajando en una finca hasta conocer al hombre que me crió, Amelio, mi papá del corazón al que amo. Recuerdo que las primeras palabras de mi madre fueron: ‘Si yo pude, vos también vas a poder’. Y es el día de hoy que juntos educamos y disfrutamos de mis hijas”.

En estos dos años de “revuelo familiar”, las etapas han cambiado. Pamela recuerda las tardes enteras lavando y planchando ropa, así como preparando mamaderas en horarios dispares. Los primeros seis meses fueron los más difíciles, con el sueño entrecortado y una gran demanda física y emocional.

La reflexión de una super mamá

Hoy, con su rutina laboral en marcha, María sigue siendo un pilar fundamental. Sus “nenas”, como las llama, son hermosas, sanas y con personalidades muy diferentes. “Morena siempre fue la más tranquila y, como hermana mayor, porque nació primero, es la que pone orden. Emma y Bianca son mellizas y se complementan, son unidas y lo que hace una, repite la otra”, explica con orgullo.

Pamela Quiroga con las hijas Morena, Emma y Bianca.jpg
Una siesta solo para dos. El hogar de Pamela se convirtió en un verdadero bullicio y asegura que vale la pena

Una siesta solo para dos. El hogar de Pamela se convirtió en un verdadero bullicio y asegura que vale la pena

“Ya comenzaron a hablar y la casa es un bullicio. Ni hablar cuando llego de trabajar: se me vienen todas encima y tengo que repartir mi atención. La felicidad y la gratificación son enormes”, asegura con su sonrisa de oreja a oreja.

Agradecida a su familia que siempre estuvo “al pie del cañón”, también valora el apoyo que recibe dentro de la fuerza policial. Forma parte del cuerpo de infantería y su rol específico es en el área anti-disturbios.

A esta altura, las trillizas son conocidas en Las Paredes. Y también lo es Pamela, claro, que define estos últimos años como un verdadero milagro. El pueblo, seguramente, estará revolucionado el próximo domingo 27, cuando las niñas sean bautizadas en la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores.

Hoy, esta mamá de puro coraje celebrará el Día de la Madre en la guardia policial, ya que debe permanecer en servicio desde las 8 hasta las 2 de la madrugada. “Sin embargo, no me pesa porque valoro muchísimo mi trabajo, que además es mi vocación”, advierte, volviendo a agradecerle a su mamá el ejemplo que le dio desde la infancia.

“Tengo una familia de mujeres y espero darles el mismo legado a mis hijas, el del amor. Algún día, yo también podré decirles que se puede”, concluye.

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