“Lo primero que hice fue pedir ayuda entre familiares, amigos, vecinos y ex compañeros de trabajo en los Tribunales. El grupo creció rápidamente y hoy somos un centenar. También quiero destacar la buena disposición del municipio de Maipú, que siempre está dispuesto a ayudarnos”, explicó Guirao.
Merendero Maipú.jpg
Una imagen del merendero "Dejando Huellas".
Gentileza
Este grupo de padrinos y madrinas, sin bandera política, comenzó siendo un equipo de jubilados y se expandió, incorporando a personas con otros compromisos, pero con gran corazón: miembros del club Talleres, motoqueros, abuelas tejedoras y trabajadores activos.
“Los resultados fueron asombrosos en pocos meses. Levantamos un techo en el terreno de María Angélica para albergar a los chicos y logramos mejorar tanto la calidad como la cantidad de los alimentos”, comentó. Además, señaló que, en paralelo, se duplicó la cantidad de niños que asisten al merendero.
“Seguimos enfrentando grandes necesidades, y por eso estamos aquí. Nuestro objetivo es cerrar el pequeño salón de 50 metros cuadrados y crear un espacio no solo para el merendero, sino también para el deporte y la educación”, explicó.
fundadora del merendero a la derecha.jpg
La fundadora del merendero "Dejando Huellas", María Leal, a la derecha, muestra la obra a una madrina.
Gentileza.
Guirao destacó: “La gente que nos rodea se define por su corazón. Nuestro sueño fue darle un nuevo impulso a este merendero que, a pesar de tener algunos años, necesitaba más recursos. María es la principal referente y ahora somos muchos los que la apoyamos. Personas que antes estaban en sus casas mirando televisión decidieron involucrarse y dar una mano”.
Gracias al aporte de todos, lograron mejorar las raciones y decidieron construir un salón. “Aparecieron personas que donaron ladrillos, vigas, hierros, puertas, ventanas y sanitarios. Hoy estamos trabajando en el techo. Es una gratificación enorme ver cómo los esfuerzos se transforman en resultados concretos”, expresó Guirao.
“Es una pena que el 60% de los niños en Argentina viva en situación de vulnerabilidad. Los niños no tienen culpa de nada. Siento que hace falta una mirada más amplia sobre la infancia”, agregó con preocupación.
“Un niño sin alimentos, sin atención médica, sin higiene, sin casa y expuesto a la droga es un niño en peligro”, concluyó, reivindicando la incansable labor de María Angélica Lemos, una mujer de origen humilde, gran inteligencia y con los brazos siempre abiertos.
Cómo colaborar
Merendero Dejando Huellas, manzana E, casa 20, barrio 24 de agosto, Rodeo del Medio, Maipú. Alberto Guirao Tel: 2616 53-3807.