Sueña con caminar
Alhué sueña con poder caminar algún día. Y su mamá ratifica: “Todo dependerá de ella... tiene mucha fe y dice que se va a poner las pilas. Siempre tiene ese anhelo en su mente y se ilusiona. Quizá lo logre”, se esperanza.
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Si bien la operación salió tal como lo previsto, Alhué salió de Terapia Intensiva y hay que aguardar la evolución.
“Le conté en medio de todo esto la noticia de que es abanderada pero entre sus dolores y la anestesia no sé si lo recuerda. Recién sale de terapia y este viernes le retiran la morfina. Está adormecida, pero volveré a darle esa noticia apenas podamos conversar”, relata la mamá.
Claro que el acto ya se realizó y Alhué no pudo lucirse con la bandera nacional en alto, pero sí podrá entregar los atributos en 2025, cuando esté en 7mo y finalice la primaria.
“Sentimos junto con Cristian, mi esposo, un gran orgullo, pero no sólo por esto, sino por cómo ella encara la vida. Es un ejemplo de vida, madura, alegre”, define Alejandra.
Prematura y valiente
Alhué nació el 26 de noviembre de 2012 en el Hospital Obstétrico Virgen de la Misericordia en la semana 26 y llegó a pesar 800 gramos. Pasó largo tiempo en Neonatología luchando por su vida y desde muy pequeña ingresó al quirófano en muchísimas ocasiones.
Entre las situaciones que padeció, su mamá hizo mención a un derrame cerebral que le ocasionó una parálisis; cirugías de alta complejidad en el corazón, la médula y los pulmones y ahora esta última prueba de vida.
“Siempre siente la curiosidad de saber qué sentimos los que podemos caminar, cómo y por qué nos cansamos. Hay cosas que, debido a que nunca pudo hacerlas, la tienen muy intrigada”, dice Alejandra, para aclarar que, lamentablemente, no escapó al bullying, para lo que recibió apoyo psicológico.
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Siempre feliz, señala su mamá. Alhué es un ejemplo.
Gentileza
“Aunque está habituada a su silla de ruedas, muchas veces observa a los otros chicos y siente un gran deseo de salir corriendo”, reflexiona su mamá.
Por sobre todas las cosas, ama la escuela y ninguna materia le cuesta. Es solidaria, sociable y carismática. La nena adecuada y perfecta para ganarse el honor de llevar la bandera, aún desde la cama de un hospital.
“Es nuestro ejemplo; es una nena perceptiva que escucha y sabe todo. Su inteligencia nos sorprende todos los días y, aunque a veces se cuestiona temas, nunca se enoja por lo que le toca vivir”, concluye.