La presión de agua es un factor crucial en cualquier hogar. Desde tomar una ducha hasta lavar los platos, la presión del agua afecta directamente la comodidad de nuestras rutinas diarias. Sin embargo, a veces la presión es baja, dificultando las tareas de la casa. ¿Por qué sucede y cómo solucionarlo?
A qué se debe la poca presión de agua en tu casa y cómo solucionarlo con un truco milenario
¿Por qué hay baja presión de agua en casa?
Existen varias razones por las cuales la presión de agua en tu hogar puede ser insuficiente. Estas son las más comunes:
La baja presión de agua puede deberse a problemas en la red de suministro que están fuera de tu control. En áreas donde el sistema de agua es viejo o está deteriorado, es frecuente que el flujo se vea reducido. También, si vives en una zona elevada, es posible que la presión no sea suficiente para llegar a tu casa con la fuerza necesaria.
Los filtros y las tuberías de tu casa también causar ser el problema, ya que pueden acumular sedimentos con el tiempo, lo que puede bloquear parcialmente el paso del agua. Esto suele ser común en zonas con agua dura, es decir, con alto contenido de minerales como calcio y magnesio, lo que contribuye a la obstrucción.
Una fuga en las tuberías, por más pequeña que sea, puede provocar una caída considerable en la presión. Incluso una fuga interna en los sistemas de fontanería de la casa puede reducir el flujo de agua, ya que parte de la presión se escapa antes de llegar a los grifos.
Además, en muchas casas, especialmente las que tienen sistemas de agua privados, las válvulas de presión pueden estar mal reguladas o desajustadas, lo que lleva a una distribución desigual del agua.
Por último, si la bajada de presión del grifo coincide en el tiempo con una ola de frío acusada, es probable que tus tuberías se hayan congelado.
¿Qué puedes hacer para solucionarlo?
Si la baja presión de agua está afectando tu vida diaria, hay varios pasos que puedes seguir para intentar solucionarlo:
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Revisa las tuberías y los grifos: Examina los grifos y las duchas de tu casa para verificar si la baja presión es generalizada o localizada en un solo punto. Si solo ocurre en un grifo específico, podría ser un problema de acumulación de sedimentos en el cabezal. En este caso, limpiar el filtro del grifo o el cabezal de la ducha podría ser la solución.
Limpia los filtros y cabezales: Si los grifos o duchas tienen poca presión, retira y limpia los cabezales, los cuales suelen acumular sedimentos. Sumerge los cabezales en vinagre durante unas horas para disolver los depósitos minerales y luego vuelve a montarlos.
Verifica las válvulas: Asegúrate de que las válvulas que controlan la entrada de agua a tu casa estén completamente abiertas. Si están parcialmente cerradas, pueden reducir significativamente la presión.
Investiga posibles fugas: Si has notado una caída constante en la presión, podría ser útil verificar si hay fugas de agua en las tuberías. A veces, estas fugas son invisibles a simple vista, por lo que podría ser necesario llamar a un profesional para realizar una revisión más detallada.
Instala un regulador de presión: Si el problema es recurrente y proviene de un sistema de agua con presión inestable, puedes instalar un regulador de presión de agua. Este dispositivo puede ayudar a estabilizar la presión en tu hogar, garantizando un flujo adecuado en todos los puntos.