El ducado de Luxemburgo se encuentra atravesando uno de los duelos más difíciles de su historia: falleció el príncipe Frederik a sus 24 años.

Su padre, Roberto de Luxemburgo, fue el encargado de dar a conocer la triste noticia a través de un comunicado.

¿Qué le ocurrió al príncipe Frederik de Luxemburgo?

Frederik es hijo de Roberto de Luxemburgo y sobrino del gran duque Enrique, y falleció a sus 24 años tras una larga batalla con la enfermedad POLG, un trastorno mitocondrial genético que priva a las células del cuerpo de energía, lo que causa disfunción y falla progresiva de múltiples órganos.

Frederik de Nassau (1).jpg
Frederik y su padre. 

Frederik y su padre.

El fallecimiento del príncipe tuvo lugar el pasado 1 de marzo en París, sin embargo la noticia se conoció el sábado 8 por la noche. El comunicado fue publicado en el sitio web de la Fundación POLG, una organización fundada por el propio Frederik para apoyar la investigación sobre esta rara enfermedad.

"Frederik encontró la fuerza y el coraje para despedirse de cada uno de nosotros", aseguró Roberto en el comunicado oficial.

Roberto de Luxemburgo aseguró que la última pregunta que le hizo su hijo fue: "Papá, ¿estás orgulloso de mí?". "Apenas había podido hablar durante varios días, por lo que la claridad de estas palabras fue tan sorprendente como profunda la intensidad del momento. La respuesta fue muy fácil y la había escuchado muchísimas veces... pero en ese momento necesitaba la seguridad de que había contribuido con todo lo que podía en su corta y hermosa existencia y que ahora finalmente podía seguir adelante", confesó el royal.

Frederik nació con esta enfermedad rara, recién a sus 14 años fue diagnosticado con POLG. Fue entonces "cuando sus síntomas se mostraban más claramente y cuando la progresión de su enfermedad se había vuelto más aguda".

Frederik de Luxemburgo.jpg
Frederik de Luxemburgo.

Frederik de Luxemburgo.

Lamentablemente, esta enfermedad cuenta con muchos síntomas y afecta a casi todos los órganos del cuerpo. Es por ello que es muy difícil de diagnosticar, y además no tiene cura.