Informe especial

Policías del aire, los drones mendocinos que atrapan delincuentes y rescatan personas

Cómo trabajan los drones de la policía, que ya son parte fundamental de algunos operativos. Son 12 y funcionan desde la Base Cóndor. Sus historias

fLa Policía de Mendoza cuenta con una unidad especial de drones que asiste a los operativos del Ministerio de Seguridad. Son el equipo VANT (Vehículos Aéreos No Tripulados) y están compuestos por 12 aeronaves y 21 efectivos distribuidos entre el Gran Mendoza, el Valle de Uco y el sur provincial.

La unidad funciona en la Base Cóndor, detrás del penal de San Felipe, en Ciudad; y existe desde el 2021 (antes era sólo una división). Se dedica a todas las tareas policiales que puedan hacerse desde el aire: buscan personas extraviadas, colaboran en investigaciones criminales y hacen “lectura” de zonas complejas desde arriba. En algunos casos, son decisivos para la resolución de conflictos y llegan a salvar vidas.

Es que, para explicar sus acciones, basta con contar qué historias motivaron a la realización de este informe: en una misma semana, dos noticias mencionaron a los drones como los protagonistas para la búsqueda de personas. Sea porque estaban perdidas o porque se estaban escapando de la ley.

Una fue sobre una mujer perdida en los médanos de El Nihuil, a la que la unidad ayudó a encontrar y evacuar de esa zona. La segunda se vinculaba al crimen Juan Carlos González, asesinado el 30 de enero y cuyo cuerpo apareció calcinado en un auto en Montecaseros (Zona Este).

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Los efectivos son preparados para elevar los drones, hacerlos operar y luego retornarlos sanos a la base.

Los efectivos son preparados para elevar los drones, hacerlos operar y luego retornarlos sanos a la base.

Días después cayó uno de los dos sospechosos y más tarde, el segundo. Ambos con escapes que podrían ser calificados de cinematográficos, a través de distintas localidades del este. VANT fue clave durante los allanamientos en Palmira que permitieron dar con el segundo de los apuntados: las versiones cuentan que se escondió en una suerte de cueva o socavón en la zona del Río Mendoza, en el límite con San Roque. Por ahí lo buscaron las “aves” del Ministerio de Seguridad.

Los drones de la Policía, en acción

En allanamientos es donde más suelen lucirse, cuentan en la fuerza. A veces la Policía irrumpe en un domicilio y los malvivientes se escapan como pueden, normalmente trepando hasta los techos y dispersándose. Ahí los drones juegan su papel de elevarse y perseguir a los buscados hasta que los efectivos “de carne y hueso” puedan hacer lo suyo, una vez identificados los escondites de los fugados.

Por ejemplo, una de las historias que más cuentan puertas adentro pasó en 2023, durante una persecución a delincuentes por la Zona Este. Los hombres iban en camioneta, volcaron y se dieron a la fuga a pie por campos incultos, internándose en la noche y en la vegetación.

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Operativo en los médanos de El Nihuil visto con la cámara infrarroja de un Mavic.

Operativo en los médanos de El Nihuil visto con la cámara infrarroja de un Mavic.

“Uno de ellos se ocultó en la maleza, así que imaginate que los policías les pasaban por al lado, ¡pero no lo veían! Hasta que levantamos el drone y al toque, con la cámara térmica, pudimos ver que lo teníamos más cerca de lo que pensábamos. A los pocos minutos ya lo teníamos”, narran para esta nota.

En el informe de Canal Siete (con el realizador Gerardo Tejeda) que puede observarse en esta nota, también está plasmada la tarea que hacen para encontrar personas, un elemento central de la rutina de los drones. Uno de los casos emblemáticos fue el de un hombre de más de 70 años y con cuadro de demencia que se había extraviado en San Martín.

A las cuatro de la mañana de una madrugada muy fría, gracias a la cámara térmica, lo encontraron caminando en el medio de un campo, sin rumbo. Quién sabe cómo hubiera terminado si no existía la tecnología para dar con su paradero.

Drones de la policía: ¿los han atacado?

“Varias veces”, dice el oficial ayudante Mauro Osorio, mientras se pone a despegar un Mavic 2, el modelo que más se repite en la flota policial. Piedras y hasta balazos han silbado cerca de los drones, pero nunca han logrado derribarlos. Ni siquiera tocarlos, gracias a las maniobras defensivas que hacen y practican previamente, de acuerdo a lo que cuentan.

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Drones en Mendoza. Más arriba, un M-30, la nueva adquisición. Más abajo, un Mavic 2 Enterprise.

Drones en Mendoza. Más arriba, un M-30, la nueva adquisición. Más abajo, un Mavic 2 Enterprise.

En la Base Cóndor practican varias horas al día. No sólo es necesaria la destreza para saber volar –y aterrizar, cosa no menor- a los artefactos; sino que también hay un desafío para aprender a sacarle el jugo a todas sus características. En esas tareas se van los días de trabajo, además de descargar, almacenar y analizar el material fílmico que van generando las máquinas.

Hoy, la unidad se ha convertido en una herramienta clave para la seguridad en Mendoza. Y aunque hace unos años decir policía aérea solo significaba estar hablando de helicópteros, ahora los vehículos no tripulados han logrado multiplicar los ojos de las fuerzas de seguridad mendocinas.