La precipitada y sorpresiva renuncia de Jorge Nanclares, en 2020, a poco de comenzada la pandemia y tras desbaratar la llamada rebelión de los jueces civiles, había dejado a Pedro Llorente como único sobreviviente de aquella gesta institucional. Muchos creyeron que dejaría su sillón de juez de la Corte casi de inmediato. Pero no. Resistió embates de la clase política local y hasta rechazó la intimación de ANSES para que se jubilara de una vez por todas.
Con todo, su presencia en el cuarto piso de los Tribunales era indispensable, por más que Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo tuvieran a un postulante listo o lista para asumir. Llorente garantizaba, nada más y nada menos, que la mayoría automática 4 a 3 para el oficialismo dentro del máximo tribunal de Justicia. Oro en polvo.
Radical hasta la médula, respondía el sanrafaelino cada vez que se le preguntaba cuándo dejaría el cargo de juez: "Yo estoy bien de salud. Cuando decida irme, te vas a enterar", prometió una y otra vez. Y cumplió.
Llorente renunció este viernes -Diario UNO lo informó en exclusiva a las 7.50 de la mañana- pero ya le había hecho saber al gobernador que lo haría antes de fin de año. Para que fuera eligiendo sucesor o sucesora. De hecho, Cornejo tendrá hasta febrero para elegir y postular a alguien. Y eso es todo un detalle, una marca en el orillo de Llorente: la institucionalidad ante todo.
Durante los 37 años de Pedro Llorente como juez de la Corte, Mendoza tuvo 5 gobernadores radicales y otros tantos peronistas: Llaver, Pilo Bordón, Rodolfo Gabrielli, Arturo Lafalla, Roberto Iglesias, Julio Cobos, Celso Jaque, Paco Pérez, Cornejo -2 mandatos- y Rodolfo Suarez
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Pedro Llorente tiene 83 años. Radical de fuste, llegó a ser gobernador por un día mientras era presidente provisional del Senado en 1987.
El jueves, tras participar de una audiencia del Jury de Enjuiciamiento del que forma parte y que presidió cuando estuvo al frente de la Corte, Llorente lo informó a varios de sus colegas jueces, a quienes visitó en sus despachos para darles la noticia en persona. También se lo comentó a colaboradores íntimos. Aunque no hubo sorpresa, a todos les pidió reserva. Y todos cumplieron. Respeto y lealtad.
Magistrados, funcionarios y abogados se enteraron por Diario UNO y la repercusión mediática y sí se sorprendieron.
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La sucesión de Pedro Llorente, según Alfredo Cornejo
La salida de Llorente le permitirá a Alfredo Cornejo elegir a un nuevo juez para la Corte. El tercero a contar desde que asumió la primera gobernación en diciembre de 2015. Al sucesor de Llorente ya lo antecedieron José Valerio en 2016 y Dalmiro Garay en 2018. El primero dejó su cargo de juez de Cámara en lo Penal. Garay, su cargo de ministro de Gobierno.
El año próximo, Cornejo habrá superado en esta materia al peronista Francisco Paco Pérez, que durante sus cuatro años de gestión (2011-2015) eligió a Omar Palermo y Julio Gómez en 2012 y 2015 respectivamente. El primero dejaría atrás un cargo de juez en la Justicia Federal; Gómez, el Tribunal de Cuentas.
Aunque visto desde otra perspectiva, podría tenerse en cuenta que Cornejo ya había designado a otro referente en la estructura del sistema judicial: Alejandro Gullé, procurador general y jefe de los fiscales, que asumió en 2016 tras haber sido juez de Cámara en lo Criminal, en lugar del peronista Rodolfo González.
"Antes del 28 de febrero daré a conocer al reemplazante", tuiteó Cornejo este viernes, neutralizando cualquier pregunta acerca de la figura elegida para suceder a Llorente. Tiene tiempo y sabe cómo manejarlo. Apuro no tiene. Sobre todo porque ya tiene en mente al menos a una persona. Máxime, porque él y sólo él será dueño de la decisión y porque sabe que en el Senado no habrá obstáculos a la hora de la votación secreta. Ni siquiera dentro del suarismo.
Alfredo Cornejo y el perfil reformista de la Corte
La tómbola de nombres, en este tipo de asuntos, como la sucesión de Llorente, puede resultar entretenida pero, teniendo en cuenta que Cornejo tiene poco menos de tres meses para elegir, se vuelve estéril.
Sin embargo, amerita tener en cuenta qué alternativas, en cuanto a perfiles, podría barajar.
Primero, la cuestión de género. ¿Mujer o varón?
Históricamente, la Corte de Mendoza sumó a sus filas a dos mujeres: Aída Kemelmajer de Carlucci y Teresa Day.
En ambos casos, las magistradas fueron 1 de 7. Que Alfredo Cornejo elija a una mujer para que sume a Day sería toda una novedad. Y en eso ya dio sobradas muestras cuando en 2015 y 2023 eligió a Laura Montero y a Hebe Casado como vicegobernadoras. Hasta en su gabinete. Hoy, por ejemplo, Jimena Latorre y Mercedes Rus son ministras de Ambiente y Seguridad, y ambas tienen alto perfil y protagonismo en cuanto a dos asuntos claves para Mendoza: minería y lucha contra la criminalidad.
El ámbito político-judicial da por hecho que Cornejo elegirá a una mujer para suceder a Llorente
Sigamos visteando.
¿Elegirá Cornejo a alguien de perfil jurídico o político?
¿O jurídico y político a la vez?
En ambos sentidos, opciones para elegir le sobran.
¿Qué busca Cornejo para la Corte?
Fundamentalmente, gente leal a las reformas judiciales en marcha y futuras, como las que comenzaron años atrás en el fuero penal.
Por eso convocó a José Valerio, uno de los padres del Polo Judicial y de los juicios por jurado popular.
Más tarde sumaría a Dalmiro Garay para que el máximo tribunal profundizara la prestancia político-institucional necesaria en una Corte partida entre peronistas y radicales.
Sí, juro. Dalmiro Garay juró ante Cornejo. Foto: Gentileza Prensa Gobierno de Mendoza.
Cornejo tomándole juramento a Garay como juez de la Corte en 2018.
La figura del actual presidente de la Corte fue clave para que en 2022 se aprobara la ley que modificó el sistema de funcionamiento de la Corte por salas, dando cristiana sepultura al cuestionado Forum Shopping y habilitando, desde hace poco más de un año, el sistema de sorteos para que los 7 supremos -incluido el presidente- recibieran expedientes para resolver ya sin tener en cuenta la especialidad. Es decir, "los quioscos". O sea, licuando el poder.
Aunque corrió por cuenta de su antecesor Suarez, la designación de Teresa Day en la Corte es considerada favorable, ya que la magistrada -de larguísima carrera en el Poder Judicial y el Ministerio Público- comenzó a poner en caja la operatividad del fuero de Familia, donde se dirimen grandes conflictos entre adultos que tienen como grandes protagonistas a los niños, muchas veces víctimas inocentes de tironeos y de reclamos muchas veces justos y otras con tufillo a represalias.