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La vicepresidenta Victoria Villarruel intentó frenar el aumento de los senadores nacionales y les endilgó la responsabilidad de desengancharse de los aumentos de los empleados del Congreso.
En medio de una visible grieta con el presidente Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel intentó desligarse de que efectivamente se concrete el aumento, y les tiró la pelota a los mismos senadores cuando recordó que es potestad de ellos "desengancharse o no de las paritarias de los empleados del Congreso".
"Solicité que se tratara el congelamiento de las dietas de los senadores porque, a partir del primero de enero, se comenzarán a actualizar automáticamente. Creo que debemos estar a la altura del esfuerzo que está haciendo la población”, marcó la titular del Senado, sobre lo que propuso infructuosamente en la sesión del jueves.
Tal tensión genera este nuevo dietazo que hasta la ministra de Seguridad y ex legisladora nacional, Patricia Bullrich se metió en la discusión y disparó contra Villarruel recordándole que "puede frenar este ajuste descabellado" con una resolución que mantenga congeladas las dietas.
El envidiado incremento que se avecina obliga a repasar cómo se fueron moviendo esos salarios en el primer año de gestión de Milei, que desde que desembarcó en Casa Rosada juró y perjuró que terminaría con los beneficios de la "casta política", aunque eso no se haya cumplido del todo en el Senado.
El 18 de abril los senadores nacionales resolvieron la cuestión por su propia cuenta: en una votación a mano alzada y sin debate se aumentaron las dietas más del doble y decidieron que las futuras subas estuvieran atadas a los incrementos que acordaran en paritarias los gremios legislativos.
Esa jugada provocó que las dietas que estaban por debajo de los $2 millones quedaran en unos $4 millones netos. Contemplando algunos diferenciales, la suma en bruto superaba los $6 millones.
La letra chica de la resolución 27/24 estableció que a partir de mayo del 2024, "los senadores nacionales percibirán un total de 13 dietas anuales (una más de las que cobraban a modo de aguinaldo). Cada una será equivalente a 2.500 módulos más un adicional de 1.000 módulos por gastos de representación y 500 módulos de adicional por desarraigo". "El valor del módulo será el equivalente al que perciben los empleados legislativos", agregó.
A mediados de año, los sindicatos legislativos acordaron aumentos para julio del 3,5% y para agosto de otro 3%, y ese incremento iba a impactar de lleno en las dietas de los senadores hasta hacerlas trepar a los $8 millones. Tal fue la acalorada polémica que se desató, que en la sesión del 22 de agosto se votó un proyecto firmado por los jefes de bloques para suspender los aumentos desde el 1 de agosto hasta el 31 de diciembre.
Cómo se calculan las dietas de los senadores nacionales y cuánto cobran
La resolución que votaron los senadores nacionales define claramente cómo se componen sus dietas y fija como unidad de medida, el módulo que es también la base sobre la que se calculan los salarios de sus asesores.
Según la norma, los 3 senadores nacionales por Mendoza deberían percibir en total 4.000 módulos -ya que los tres deben percibir desarraigo-, cuyo valor actual es de $2.225 siguiendo la escala salarial de planta permanente y temporaria que publica la página oficial del Senado de la Nación.
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La escala salarial de la Cámara de Senadores establece el valor del módulo, que es la base de cálculo de las dietas de los senadores y también del salario de sus asesores.
Eso hace calcular que si se actualizan las dietas, cada uno de ellos percibiría en bruto $8.900.000, de lo que deberán hacerse los descuentos correspondientes por ejemplo por el Impuesto a las Ganancias.
Hay que recordar que el congelamiento hizo que no sólo no percibieran los aumentos desde agosto (un 3%), sino que tampoco les llegaron los incrementos que acordó el 13 de noviembre la Comisión Negociadora del Congreso. Ese día se resolvió un aumento del 2% para septiembre, del 1% para octubre, del 2% para noviembre y del 1% a partir para diciembre.
Si se les dieran todos esos aumentos acumulados con los haberes de enero del 2025 deberían recibir 9% más, lo que haría que las dietas superen los $9 millones.
Diario UNO contactó a los tres senadores nacionales por Mendoza, pero ninguno aceptó hacer declaraciones sobre cómo podrían incrementarse sus dietas.
"Nuestros senadores tienen dietas de bolsillo que rondan los $5 millones después de todos los descuentos (Nota de redacción: hoy el bruto rozaría los $7 millones), y estamos evaluando cómo se mantienen congeladas, porque es lo que votamos a mediados de año y porque entendemos que es el gesto que tenemos que seguir dando", apuntaron desde el bloque de los radicales.
Los alfiles de la UCR barajan un par de opciones: extender la vigencia de la resolución que les congela las dietas, para que continúen como están o que el descongelamiento rija a partir de enero del 2025 y desde ese momento perciban los aumentos venideros, pero no los que dejaron de recibir este año.
En tanto, que desde el entorno de Anabel Fernández Sagasti, también adujeron estar analizando en bloque qué postura adoptar frente al descongelamiento de las dietas y recordaron que puntualmente la legisladora peronista decidió donar todos los meses el último aumento que recibió. "Es lo que viene haciendo y seguramente seguirá con la misma decisión. La última escuela en recibir ese aporte fue un Centro de Educación Básica de Jóvenes y Adultos (CEBJA) de Godoy Cruz", apuntaron.
Cuántos asesores tienen los senadores nacionales y quiénes son
Los senadores nacionales además tienen derecho a nombrar a la cantidad de asesores que necesiten, en base a una cantidad de módulos que tienen disponibles.
Según la última actualización cada senador puede disponer de 7.338 de esos módulos, lo que trasladado a pesos actualmente supone unos $16.327.050 para repartir entre esos asesores.
Esos nombramientos se dan de acuerdo a 14 categorías. O sea que contratar menos asesores no implica necesariamente ahorrar gastos: se puede nombrar a sólo dos personas y otorgarles la categoría más alta o bien contratar a muchos más pero otorgarles las categorías más "económicas".
La escala salarial fija que la categoría 1 es la mejor remunerada, y por tanto la más buscada por los asesores, muchos de ellos allegados políticos de los senadores. Esa categoría supone de base contar con 854 módulos, hoy unos $1,9 millones, a lo que se sumará también la antigüedad que el asesor pueda demostrar en el Congreso.
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Si se armase un ranking de cantidad de asesores, el podio se lo lleva la senadora Anabel Fernández Sagasti, que según difunde la página oficial del Senado, tiene 17 asesores como personal a cargo.
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En el listado figuran entre otros, dos ex legisladoras del peronismo mendocino que terminaron su mandato: Laura Soto y Marisa Garnica, esposa del ex candidato a la gobernación del kirchnerismo, Omar Parisi. También aparece su jefe de prensa, el comunicador Leandro Abraham y el futbolista de la selección argentina Los Murciélagos y medallista olímpico de fútbol 5 adaptado, Federico Miguel Accardi.
El segundo lugar en esa tríada es de la senadora Mariana Juri, que tiene 12 asesores en su plantel.
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La legisladora radical decidió sumar a su equipo al ex ministro de Economía de Rodolfo Suarez, Enrique Vaquié. También sumó a quien fuera su jefe de prensa mientras ella comandó el ministerio de Cultura, Nicael Nassif, a quien le dio la máxima categoría a la que puede aspirar un asesor.
En tanto, el ex gobernador Rodolfo Suarez, aparece tercero sólo con 6 asesores, entre ellos la ex ministra de Cultura y Turismo de su gestión, Nora Vicario.
La ex funcionaria reemplazó a Mariana Juri cuando ella se fue al Congreso, y más tarde cuando Suarez desembarcó en el Senado al final de su gestión como gobernador, decidió sumarla a su equipo de asesores.
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Suarez además decidió conservar como asesor a Christian Nieto, quien trabajó con Alfredo Cornejo cuando el gobernador estuvo en la Cámara de Senadores, y hoy hace las veces de vocero del mendocino.
Es claro que entre los distintos asesores existen diversos perfiles. Algunos asesores tienen una faz técnica y le aportan solidez al legislador, otros son hábiles como operadores políticos - porque la rosca es un componente clave de la vida en el Congreso- y otros no hacen ni una cosa ni la otra.
La idea es que los representantes nombren a los miembros de su equipo -que entran como personal "temporario"- con el máximo de libertad.
Pero la jungla legislativa contiene a otra especie, los asesores "de planta", que forman parte del staff estable del Congreso.
"Los temporarios, en general, quedamos atados al destino del legislador", confió un asesor que lleva 15 años trajinando despachos. "Y cuando un diputado o senador lo precisa o anda corto de módulos, puede pedir que le asignen gente de la planta permanente, por ejemplo un abogado o un especialista en energía", sumó.
Para pedir asesores de planta, el interesado debe obtener el aval de quien preside la Cámara de Senadores, es decir la misma vicepresidenta Victoria Villarruel.