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Los relatos que Di Benedetto escribió en la cárcel
De 336 páginas y con la imagen de tapa de Nacho Laspina, Absurdos es explicado por la propia editora: "La mayoría de los relatos que integran este libro fueron escritos por Di Benedetto en la cárcel, preso por la dictadura militar argentina entre marzo de 1976 y septiembre de 1977".
El escritor mendocino fue muy maltratado por los verdugos, que lo golpearon, lo sometieron a simulacros de fusilamientos y se ensañaron con él y con el abogado y dirigente comunista Ángel Bustelo -cuyo nombre fue impuesto, a modo de homenaje, al auditorio ubicado en el Centro Cívico- porque eran los presos de mayor edad, según testimoniaron ante la Justicia quienes fueron sus compañeros de cautiverio.
Otra maldad que les hacían era romperles los anteojos, lo cual los dejaba a merced de otros.
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Antonio Di Benedetto, uno de los autores clave de la literatura mendocina y latinoamericana.
Aun en ese contexto, la editorial cuenta que Di Benedetto "no podía escribir, porque destruían sus papeles, pero encontró un ardid. Le mandaba cartas a una amiga que comenzaban 'Anoche tuve un sueño muy lindo: voy a contártelo'. Así transcribía los textos de sus cuentos, con letra microscópica, que había que leer con lupa y en los que abundan situaciones de invasión y peligro en espacios reducidos".
Entre los cuentos incluidos en esta segunda edición con diseño renovado se encuentran algunos de los más renombrados del autor mendocino, entre ellos “Caballo en el salitral”, "El juicio de dios" y “Aballay”.
Di Benedetto, una voz fundamental de la literatura
La biografía de Antonio Di Benedetto dice que nació en Mendoza en 1922. Dejó inconclusa la carrera de Derecho y se dedicó al periodismo durante el resto de su vida. Residió en Mendoza hasta 1976, año en que fue detenido por el gobierno militar.
Entre 1977 y 1983 se exilió en Europa, donde dio clases en Francia y publicó diversas notas periodísticas desde Madrid. Luego regresó a Buenos Aires, para morir allí en 1986 (tenía 64 años) poco después de un derrame cerebral.
La editora que publicó la segunda edición de Absurdos fue fundamental para la recuperación de su obra. Y la describe así: Los cuentos de Mundo animal (1953) dan cuenta de su estilo característico reticente. El pentágono (1955) ofrece una estructura de novela formada por cuentos. Zama (1956) constituyó su consagración y lo más depurado de su estética (llegó al cine), secundada por las novelas El silenciero (1964), Los suicidas (1969) y su último título, Sombras nada más… (1985).