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Se trata de las obras de Colector Centro (trasvase de cuenca); del Colector cloacal Colonia Segovia- Paramillo (primera etapa); de la renovación del Colector cloacal suroreste (en el tramo de Elpidio González y Estrada de Guaymallén) y la ampliación de la Planta Depuradora de Cuadro Nacional, en San Rafael (tercera etapa) y la ampliación de la Planta Potabilizadora de Ballofet según precisaron desde Casa de Gobierno a Diario UNO para un informe que se publicó un mes atrás.
Esa deuda que la Nación arrastra con Mendoza aún sigue sin saldarse.
Pero además de esas 5 obras, se abre una incógnita por el proyecto de Las Heras de provisión de agua potable del piedemonte Norte. "A esa obra la firmó el municipio y está en el mismo proceso de envío de certificado y redeterminando el anticipo financiero y no se inició. Pero entró en el convenio que tiene Mendoza con la Nación para darle continuidad", contó antes de la novedad del cierre de Enohsa, la subsecretaria de Infraestructura, Marité Baduí.
Si se cierra Enohsa ¿quién sigue las obras?
Tras la novedad del cierre de Enohsa, que según el equipo de Milei se da porque el ente elude el control de gastos que existe en la administración nacional, se abre un tremendo interrogante en la provincia: ¿quién seguirá solventando esas obras de agua y saneamiento?
Aún no hay demasiadas confirmaciones. "Lo único que sabemos es que se disuelve a Enohsa como unidad ejecutora, pero le van a dar continuidad jurídica con otra área del Estado", responden desde Casa de Gobierno sobre la escueta información que recibieron de Nación.
Por tanto, ni el Gobierno sabe qué área será la que pueda darle continuidad a esas 6 obras que hasta hoy realizaba el Enohsa en Mendoza.
Quejas de las empresas por el ritmo de pago de la Nación
Luego de que la provincia saliera a cubrir el pago de esas obras de saneamiento, la gestión de Milei retomó el circuito de pago de algunos certificados de obra, los que se comenzaron a pagar por cuenta y orden, es decir que se abonan una vez que se recibió el certificado.
Eso motivó una queja de las empresas abocadas a esas obras por la demora de la Nación en hacer efectivos los pagos. Es que Mendoza pagaba los certificados de obra a los 30 días, mientras que la Nación se tomaba otros tiempos para abonar aquellos certificados y allí entraba a jugar las perdidas de las empresas por el efecto de la inflación.
