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La Justicia Federal confirmó la condena contra Cristina Fernández por la Causa Vialidad.
Mendoza se enarbola como la provincia más anti K del país. Compite con Córdoba y Ciudad de Buenos Aires. Incluso muchos peronistas mendocinos abocados al laburo de reconstrucción, trabajo que han emprendido algunos compañeros, quieren hacer de cuenta que ella no existió y evitan a toda costa que los identifiquen con algo que se le parezca o tenga algún tufillo a La Cámpora.
Es una gran paradoja porque las políticas tanto de Néstor Kirchner como de Cristina Fernández –varios años de su mandato— fueron las que más se parecieron al primer modelo de Perón con fuerte impulso de la industria nacional financiado con la agroexportación, créditos para la vivienda y protección del salario entre otras conquistas que son innegables, como el estímulo al consumo o la asignación por hijo, y muy estrechamente vinculadas con el modelo que en sus libros de los años ‘50 expone el propio Perón.
Mendoza éxtasis hasta del fuego amigo
Todos chochos en el cuarto piso de Casa de Gobierno el día del fallo en contra de “la chorra”. Los celulares de legisladores mendocinos oficialistas y varios del PJ eran un hervidero de memes y estampitas que se mofaban de la presidiaria con el traje a rayas blancas y negras tras las rejas, algo que nunca sucederá.
El primer motivo por el que CFK nunca pisará una cárcel es su edad y el segundo que para que la sentencia esté firme pasará mucho tiempo. Tiempo en el que quizás hasta prescriba todo.
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Todavía falta que la Justicia deje firme la condena contra la ex mandataria Cristina Kirchner.
Es posible que la Corte Suprema de Justicia tenga que hablar en algún momento sobre este asunto. Juan Carlos Maqueda, el decano del cuarteto supremo, ya adelantó que no se hagan los rulos porque eso “llevará tiempo”. A buen entendedor, con dos palabras sobra. Además, el Senado –de fuerte presencia peronista— negocia un par de ingresos a la Corte que los supremos en ejercicio también quieren patear para adelante. ¡Match!
No se puede ser ingenuo mucho tiempo más: Cristina nunca estará tras las rejas y muy posiblemente tampoco se cumpla eso de que no pueda ser candidata nunca más en la historia algo que, trabajo hipodérmico mediante, pareciera ser una realidad en el imaginario de muchos de quienes sostienen argumentos políticos en mesas de café: “La chorra no va a ser más candidata, ¡qué bueno!”, se escucha de algunos parroquianos de estos lares cuyanos.
Los Kirchner despiertan morbos ocultos en los argentinos. No faltaron los memes de mal gusto que muestran a Cristina muerta en un cajón y al presidente Javier Milei con cara de éxtasis motosierra, poniéndole los clavos al féretro con un martillo, como el mismísimo primer mandatario contó que fantasea. Surreal.
Historicismo y proscripción
El peronismo es el partido que más ha sufrido persecuciones en la historia del país. De eso no hay ninguna duda. Desde tiempos remotos muchos de sus dirigentes fueron víctimas de proscripciones, prohibiciones, desapariciones e inhabilitaciones. También tuvo su parva de dirigentes entreguistas y burócratas, digamos todo.
Cuando derrocaron a Juan Perón en 1955 se prohibió decir las palabras “Evita” y “Perón” bajo pena de arresto, se profanó el féretro de María Eva Duarte y se ultrajó su cuerpo muerto. En los hechos, el peronismo estuvo proscripto como partido político hasta 1973 que volvió con más del 60% de los votos.
Cabe preguntarse entonces: ¿a quién benefician las condenas dirigidas a la proscripción de dirigentes políticos? Los derechos políticos, entre ellos los de dimensión electoral, están considerados derechos humanos en tratados internacionales a los que nuestro país suscribe.
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Por ese mismo motivo resultaría polémica y de segura impugnación ante organismos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la meneada Ficha Limpia mendocina a nivel nacional porque permitiría proscribir candidatos con procesos judiciales aunque su sentencia no esté firme.
La intromisión judicial en esos asuntos es más una falla que una virtud del sistema republicano porque deja en manos de un juez el derecho humano de cualquier ciudadano a ser elegido en sistemas democráticos. Vengan de a uno. ¿Acaso no se engrandecen las figuras que se persiguen amañadamente?
Los argentinos deberíamos vivir la política más relajadamente, más livianos y no tan histéricamente. No tenemos límite con los adjetivos cuando odiamos y disparamos dardos envenenados. Las facciones partidarias atraviesan un maremoto que incluye puteadas hasta entre socios como los dos diputados que se dieron sin asco esta semana en el Congreso. Calentito’ los panchos.
¡Ah, pero Macri!
¿Posta que los únicos que se portan mal en el ejercicio del poder están afiliados al PJ? A juzgar por los espasmos de la justicia que reprime comportamientos de funcionarios públicos, es así. ¿Qué justicia se ejerce cuando la Justicia se quita la venda y elije contra quienes ir y a quienes salvar?
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Podrán escribir millones de tuits intentando argumentar la validez de las pruebas ventiladas en el famoso “Juicio Vialidad” pero la posta es que esa investigación y ese fallo están plagados de vicios e intencionalidades y fueron conducidos por actores de dudosa imparcialidad con las partes que juzgaron: la Justicia no avanza sobre ‘los’ chorros del Estado sino sobre ‘algunos’ chorros del Estado.
En definitiva, lo único que se busca es el escarnio público de esos dirigentes porque las condenas no se purgan tal como se promocionan rimbombantemente: “Inhabilitación perpetua”. Es ahí donde la señora Justicia se saca la venda de los ojos y en la balanza pone de un lado un kilo de plomo y del otro, 100 gramos de plumas.