¿Les dejará el estentóreo Milei algún lugar a los radicales mendocinos en los instrumentos de viento de la segunda línea orquestal o los pondrá directamente al fondo del escenario entre los xilófonos y las marimbas?
Los políticos musiqueros, como otros artistas, suelen estar sobrados de celos y de egos. En La Libertad Avanza (LLA) sus flamantes músicos lucen agrandados como boca de sapo; creen que nunca hubo continuidad y que ellos están inventando todo. Detestan a los radicales al punto que les llaman, siguiendo el libreto del León, "esos pelotudos bienpensantes que cultivan las formas".
Más modosos, los ejecutantes mendocinos se preguntan si la guarangada y el cuarto arte, como se conoce a la música, podrán maridar en este enlace. Difícil que el chancho chifle. Pero si el melómano Menem se volvió neoliberal y si los operísticos Kirchner se "hicieron" izquierdistas y millonarios, por qué, a escala, claro, se le va a cuestionar a Cornejo que pruebe un acercamiento crítico con Milei.
Valses y operetas
¿Se adecuará Cambia Mendoza a los modos austríacos, con sus valses y sus operetas, sin anular otras esencias musicales? En Mendoza los tataranietos de Alem dicen que no rifarán puntos básicos como la entonación republicana y democrática, que es el fuerte del repertorio que curte el ensamble mendocino. El asunto será comprobar hasta dónde se podrán hacer los gallitos.
Apagadas las influencias del compositor romántico-empresarial Mauricio Macri con su recordada pero evanescente sinfonía Ciudad Mágica y reconvertidos otros exponentes de la tendencia PRO, como Patricia Bullrich, especie de metalera metida en una ópera bufa, o Horacio Rodríguez Larreta, ganado en estos tiempos por la música atonal, Cornejo es una especie de sobreviviente de las tendencias musicales más clásicas, pero que asegura no temerle a las coaliciones sonoras. Él atribuye esa amplitud al oído musical para captar los gustos del público.
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El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.
Sin embargo, ¿cómo olvidar, por ejemplo, aquella metida de pata de 2006 que le significó a Cornejo su desvío hacia la música transversal y bolivariana del exótico "maestro" patagónico Néstor Kirchner, de la que huyó con la cabeza gacha?
Lo cierto es que para Cornejo una cosa era discrepar musicalmente con Macri en la etapa conocida como Cambiemos donde ambos dirigían juntos, uno en la Rosada y otro en el Barrio Cívico, y lograron una coalición de sonidos; y otra cosa bastante distinta es tener que hacerlo con Milei, quien no es amigo de acuerdos o pactos melodiosos. Y mucho menos de aceptar que algún musiquero "socialdemócrata" le toque la batuta.
Milei no es amigo de recibir ejecutantes de otras orquestas, salvo que lleguen para entregarse a una conversión total que los deposite en la nueva musicalidad anarcocapitalista. Así los quiere, como a la Bullrich. "Si no es todo, es nada". Un territorio de extremistas no suele dar buenos músicos.
Ritmos cambiados
El director del Ensamble Cambia Mendoza, Alfredo Cornejo, tiene ante sí, por lo tanto, un formidable rompecabezas para armar, al igual que otras orquestas de provincias. No es fácil para una agrupación musical cambiar los ritmos habituales y hacerlo agradando los oídos del oyente.
Los conductores de la Orquesta Populista Nacional, y su subsidiaria La Cámpora Sereneiders que habían copado la escena nacional desde 2003 dejaron demasiados estropicios. Gastos innecesarios, corruptelas, repertorios apolillados y músicos escandalosamente mediocres como el percusionista Alberto Fernández, quien le habría pegado no sólo a los tambores.
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Los conductores de la Orquesta Populista Nacional cometieron varios estropicios. Aquí, Alberto Fernández en acción.
Los notables avances en lo económico que en un año ha logrado Milei al frente de la Orquesta Carajo hacen que muchos músicos se pregunten si habrá que seguir tolerando su falta de tacto político, sus arranques antirrepublicanos, sus insultos y exageraciones, o su ejército defensivo de detractores virtuales, hasta lograr que se consolide el saneamiento económico de la agrupación para entonces empezar a reclamar un direccionamiento hacia un liberalismo menos extremista que tienda más al centro político.
La Orquesta Carajo ha bajado sus gastos un 25%, racionalizado los números de su pauta, dejado de pagar sobreprecios, empezado a tener crédito y a pagar en tiempo y forma sus obligaciones, entre otros aspectos para destacar.
En el Ensamble mendocino, Cornejo insiste en que no hay que enfrentar drásticamente a Milei, sino acompañarlo críticamente. Traducido: no sólo hay que asegurar el saneamiento económico de la Filarmónica nacional sino resguardar la gobernabilidad. Si no se cuidan esos dos factores, la música va a sonar disonante, chillona.