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En la cumbre sobre federalismo, Alfredo Cornejo le apuntó a Javier Milei la necesidad de avanzar con una reforma fiscal y habló de los impuestos distorsivos y de los que no se coparticipan.
“Estamos plagados de impuestos distorsivos y regresivos. Ingresos Brutos es, sin dudas, el peor impuesto, como así también el Impuesto al Cheque. Tenemos que revisar esa estructura, mejorar la relación fisco-contribuyente y reordenar la relación fiscal entre provincias y Nación”, puntualizó.
Para argumentar su reclamo, remarcó que esa reforma fiscal sería clave para "mejorar la competitividad y facilitar la inversión" y aseguró que eso le traería alivio de la carga tributaria tanto a los empresarios como a los ciudadanos.
Por si hiciera falta remarcarlo, Cornejo le enrostró a la Nación que el problema fiscal del país no está resuelto, “lo que se ha logrado es un equilibrio fiscal, un superávit necesario, pero todavía hay muchos problemas fiscales estructurales que deben ser abordados”, y puntualizó que es clave mejorar la relación entre el fisco y el contribuyente.
En ese marco, consideró que “la única forma de encarar seriamente esta discusión es a través de pactos fiscales, liderados por la Nación y sin especulaciones de ningún tipo”.
Alguien tiene que financiar la infraestructura vial
El planteo de Cornejo no es nuevo. Desde que Javier Milei recortó los subsidios al transporte, el mendocino viene reclamando que la Nación sigue recaudando el impuesto a los combustibles, que nació con el objeto de sostener la infraestructura vial, pero que no coparticipa ese impuesto.
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Ahora en Bariloche mandó un mensaje reforzando esa idea. “Alguien tiene que decir cómo se van a financiar estas funciones sustantivas, que no las va a hacer el mercado sino los Estados provinciales”, agregó.
En referencia puntualmente a las obras de infraestructura para potenciar la producción y las exportaciones, reclamó: “Sin inversión pública en carreteras, pasos internacionales y puertos, no vamos a mejorar nuestra logística en el corto plazo, y sin una mejora en los costos logísticos, nuestros productos seguirán perdiendo competitividad. En esta primera etapa, es indispensable que el Estado nacional se involucre”.