¿Estaría en su casa del barrio Palmares? "No, porque irá a los Tribunales Federales", anticipó gente de su entorno con la intención de informar y, especialmente, desbaratar la teoría de que Bento escaparía de Mendoza, de madrugada, antes de que en Buenos Aires la moneda cayera del lado de la cruz y de la cárcel.
Y así fue. Walter Bento trepó las escalinatas de acceso a los Tribunales Federales sin decir palabra; los ojos bien abiertos. Lo esperaban cronistas, camarógrafos y fotógrafos. Otra tanda de reporteros lo seguía desde atrás varias cuadras antes.
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Walter Bento ingresa a los Tribunales Federales, donde se enteraría de su destitución y posterior encarcelamiento.
Foto: Axel Lloret / Diario UNO
La solitaria espera de Walter Bento
Pasadas las 10.30 se instaló en un hall cercano a la guardia policial. Aquel edificio, donde había ejercido la magistratura desde 2006, con competencia para resolver causas penales y electorales, pareció resultarle ajeno.
Era la primera vez que Walter Bento -tan acostumbrado a ser esperado por abogados, funcionarios judiciales y ciudadanos bajo proceso y testigos- debía esperar en ese edificio, que había vuelto a pisar después de 6 meses, porque la Cámara Federal de Apelaciones ordenó que vaciara sus despachos de juez penal -situado en el tercer piso- y electoral -en el edificio del Correo, a una cuadra y media de allí- y dio instrucciones para que no se le permita el ingreso.
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Abajo, casi en la esquina derecha, Walter Bento, de brazos cruzados, espera el fallo de destitución.
Walter Bento, en la soledad de los Tribunales Federales
Walter Bento se enteró de su destitución y la consecuente pérdida de fueros de magistrado casi en soledad. Cerca de él, el abogado mendocino Gustavo Gazzali, celular en mano. En otros despachos del edificio judicial, magistrados, funcionarios y empleados que durante más de 20 años fueron compañeros de trabajo de Bento se desconectaban del streaming que difundió el momento definitivo desde Buenos Aires. Afuera, la noticia volaba e impactaba en Mendoza. Y sembraba una inquietud: ¿Irá preso Bento?
La hora y media hora posterior fue infernal. Se dijo de todo: que Bento volvería a su casa hasta que el fallo de destitución quedara firme y hasta que le darían el beneficio de la prisión domiciliaria con tobillera.
También se arriesgó que lo alojarían en la Unidad Carcelaria 32, situada en el subsuelo, hasta que el Tribunal Oral Federal que lo juzgaba desde julio de 2023 decidiera si le daba algún beneficio por no haber entorpecido ninguna de las audiencias. Léase no haberse fugado.
La redacción de Diario UNO ardió de consultas que llegaban desde diarios, radios y canales porteños. Querían saber.
A esa hora, sería trasladado en un coche policial.
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Walter Bento en un coche policial de la Federal, rumbo a la delegación local de esa institución, en calle Perú.
Walter Bento: de los Tribunales a la Federal y a la primera noche en prisión
El futuro inmediato de Bento se definiría en tiempo récord. "Siesta: cárcel federal de Campo Cacheuta. Antes, tipo 14, Policía Federal: prontuario de detenido". Y así fue. El reportero gráfico Nicolás Ríos atravesó el centro a toda velocidad y se instaló en la vereda de la Federal, en la calle Perú. Ya hacía calor y el tránsito vehicular era insufrible. De Bento, ni noticias. "Esperalo ahí. Está llegando", le sugirió un cronista. A esa hora, un patrullero pintado de azul, con el jefe de la delegación Mendoza al frente de la custodia, se estacionaba en el puente de ingreso.
Bento preso. Esposado. Con custodia. De traje impecable y caminando con las manos hacia adelante y con dos manos policiales sujetándolo levemente por los codos -sutil forma de tenerlo bajo control-. Antes de entrar pasó al lado de una estatua de la Virgen de Luján, protectora de esos uniformados, empotrada en uno de los muros. Fue un flash. Ríos disparó varias fotos. Detrás, un niño en edad escolar corría por la vereda tirando de la mochila con carrito sin sospechar que era testigo indirecto de uno de los momentos periodísticos más impactantes en la Mendoza de los últimos 25 años.
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Walter Bento preso ingresa a la Policía Federal.
Foto: Nicolás Ríos / Diario UNO
El resto del operativo se concretó lejos de la prensa, que replicaba una y otra vez la noticia de Bento destituido y preso.
Fue ingresado a la cárcel federal y derivado a un sector destinado a los que están encarcelados por primera vez. Admisión y adaptación a la nueva vida.
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Walter Bento vive hace un año en la cárcel federal de Campo Cacheuta. Allí lo visitan dos de los tres hijos.
Desde entonces, salió del edificio carcelario varias veces, siempre en vehículos de seguridad: para participar del juicio penal y en octubre último, para estar en su casa 4 días para ponerle el cuerpo a una compleja situación familiar: la esposa internada y operada varias veces y los cuidados del hijo discapacitado.
El Juzgado Federal de Walter Bento, un año después de la destitución
Hoy, el Juzgado Federal 1 sigue vacante de juez titular. Desde mayo de 2023, cuando Walter Bento fue suspendido de cara al juicio político, los jueces Pablo Quirós y Marcelo Garnica atienden los expedientes electorales y penales que estaban a cargo suyo, y los que ingresan desde entonces.
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El despacho vacío de Walter Bento en los Tribunales Federales. Plantas de interior y uno de sus búhos coleccionables es lo único que quedó allí.
En agosto último, en medio del último viento Zonda categoría Z4 que se recuerde en Mendoza, 52 aspirantes al cargo rindieron en la Facultad de Derecho de la UNCuyo el concurso 502, organizado por la comisión de Selección del Consejo de la Magistratura.
Hasta hoy es una incógnita saber quiénes aprobaron y quiénes seguirán en carrera, ya que el consejero kirchnerista Héctor Recalde, según informan desde Buenos Aires, demora la nómina de antecedentes en la etapa de precalificación, indispensable para conformar la lista que permitirá elaborar una terna que sea enviada al Gobierno de Javier Milei. Después, será el turno del Senado.
Oficialmente, la designación del sucesor de Walter Bento debería terminar en la segunda semana de diciembre. Pero del dicho al hecho, como indica el refrán, suele haber un largo trecho. Y más aún: tratándose de un proceso político de selección, más allá de los saberes jurídicos, eso de diciembre suena más a formalidad y protocolo que a realidad.
