En las imágenes se puede ver cómo casi a las 18 horas puntual el propio Eduardo Bertón abre el portón y deja ingresar la camioneta ocupada por Claudia Córdoba y Roxana Núñez. Pablo Peña estaba oculto en el baúl del rodado. Las dos mujeres y la víctima caminan por el exterior de la propiedad, rodeado por la decena de perras que tenía el hombre, mientras dialogan.
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Al mismo tiempo, el asesino confeso ingresó al interior de la casa, estuvo deambulando con total tranquilidad durante varios minutos. Se lo ve incluso portando un arma de fuego en una de sus manos y con un pasamontañas en el rostro, aunque luego lo deja al descubierto. Cuando Pablo Peña nota la presencia de las cámaras de seguridad, procede a cortar los cables en busca de eliminar sin éxitos los registros filmográficos. Minutos después, en el exterior del lugar, Claudia Córdoba y Roxana Núñez despiden a Eduardo Bertón, se suben a su camioneta y se retiran del lugar.
La víctima ingresa a la propiedad y en esa instancia va a terminar siendo ejecutado con el arma de fuego, aunque esa última secuencia no quedó registrada por las cámaras de seguridad del lugar.
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Córdoba, Núñez y Peña, los tres sospechosos del crimen en Maipú.
Crimen e incendio en Maipú
El 10 de agosto, en horas de la tarde, Claudia Córdoba y Roxana Núñez llegaron en un auto Fiat Palio e ingresaron a la casa de Eduardo Bertón, un profesor de Educación Física reconocido en Maipú por ser uno de los pioneros del balonmano en Mendoza.
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Los tres se dirigieron hasta el extenso patio trasero de la propiedad, donde mantuvieron un diálogo que duró algunos minutos. Según la investigación, basada en gran parte en las imágenes de las cámaras de seguridad, el Gringo Peña aprovechó la distracción para ingresar al inmueble portando un arma de fuego y cortó los cables de las cámaras, sin saber que igual estaba quedando todo registrado.
Cerca de una hora después, las mujeres se retiraron del lugar y Eduardo Bertón entró a su casa. Allí se encontró con Peña y terminó con un disparo en su cabeza que le quitó la vida en el acto. Minutos después, el presunto asesino y su pareja, Roxana Núñez, volvieron a ingresar y prendieron fuego el lugar en busca de eliminar las evidencias del crimen. Se retiraron tras sustraer varios elementos como dos armas de fuego, una notebook y un dron.
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La teoría de la Fiscalía sostiene que, además del robo, el móvil del crimen se debe a que Eduardo Bertón tenía una cuenta donde cobraba una pensión en Estados Unidos, donde vivió varios años. Se habla de un monto de 150 mil dólares, del cual Claudia Córdoba podía disponer, ya que compartían varios proyectos laborales, y que la víctima fatal tenía decidido revocar el poder a la ex candidata del Frente Libertario.
