Brian Wells, un delivery de pizzas de 46 años, vivía una vida tranquila en Estados Unidos. El 28 de agosto de 20023, recibió un pedido para entregar dos pizzas en una dirección remota que terminaría llevándolo a la muerte de una forma absurda.

El delivery llegó al destino pero fue abordado por desconocidos que lo obligaron a participar en un robo bancario bajo amenaza de muerte. Le colocaron un dispositivo explosivo alrededor del cuello, diseñado como un collar con temporizador, y le dieron instrucciones detalladas para ejecutar el asalto.

Minutos después, Brian Wells entró en una sucursal del banco con el collar bomba visible bajo su camiseta. Llevaba una nota manuscrita exigiendo 250.000 dólares, aunque salió con menos de 10 mil. Minutos después explotó, literalmente.

Muerte delivery Estados Unidos Brian Wells 2.jpg
El delivery, minutos antes de morir en Estados Unidos.

El delivery, minutos antes de morir en Estados Unidos.

La explosión del delivery

La Policía de Estados Unidos interceptó al delivery tras salir del robo bancario. Estaba visiblemente angustiado, explicó que había sido forzado y que la bomba en su cuello era real. Mientras los agentes intentaban manejar la situación, la bomba comenzó a emitir pitidos.

Cerca de una hora después, ante la atenta mirada de la Policía de Estados Unidos y cámaras de noticias que transmitían en vivo, el dispositivo explotó, matando al delivery instantáneamente. La escena, transmitida por televisión, conmocionó al público.

La investigación posterior por la muerte del delivery reveló una red de personajes excéntricos y motivos turbios, que hasta inspiraron una serie de Netflix.

Embed - Pizzabomber: La inquietante historia de Brian Wells

Los detenidos por el crimen del delivery

La Policía de Estados Unidos identificó a varios sospechosos principales. Una mujer con un historial de problemas mentales y antecedentes criminales. Un amigo suyo y traficante de drogas local. Un hombre con habilidades técnicas. Este último murió antes de llegar a juicio.

Cuatro años después, lo que evidenció la dificultad en la investigación por el crimen del delivery, los dos sospechosos vivos fueron condenados a 45 años de prisión y prisión perpetua.

Temas relacionados: