Insólita resolución

Posteó una selfie con su amiga y un detalle la terminó acusando de cometer su crimen

La investigación por el crimen de Brittney Gargol, de 18 años, fue un misterio para las autoridades en Canadá hasta que una foto reveló todo lo que ocurrió

Una salida entre amigas. Una noche de gira por varios bares. Fotos que ambas se sacaron y subieron a las redes sociales. Hasta ahí, puede ser la descripción del fin de semana de cualquier joven promedio. Sin embargo, se convirtieron en los componentes de una insólita investigación por un crimen ocurrido en Canadá.

Era 26 de marzo de 2015. Brittney Gargol tenía 18 años. Cheyenne Antoine tenía 21. Eran amigas inseperables y esa noche decidieron salir de fiesta, como solían hacerlo frecuentemente. Las jóvenes recorrieron varios bares en la ciudad donde vivían, en Saskatoon, Canadá. Pero la más joven de ellas nunca regresó a casa.

La desaparción y posterior halalzgo del cadáver abrió una investigación por el crimen que se volvió un dolor de cabeza para los sabuesos policiales, ante la falta de sospechosos. Sin embargo, el análisis de las redes sociales de la víctima brindó un dato clave que encaminó la pesquisa.

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La víctima del crimen en Canadá tenía 18 años.

La víctima del crimen en Canadá tenía 18 años.

Facebook y el crimen en Canadá

Habían pasado algunos días y el misterio sobre el crimen de Brittney Gargol se profundizaba aún más. Su amiga, Cheyenne Antoine, declaró en la causa y ratificó que esa noche recorrieron varios bares juntas hasta que pasada la madrugada la víctima se fue con un hombre desconocido. Pero claro, ese supuesto sujeto nunca pudo ser identificado.

El cuerpo de Brittney Gargol había sido encontrado a la vera de la carretera en Canadá, pero no había mayores rastros para identificar al asesino. La autopsia determinó que la joven fue estrangulada y hasta incluso se encontró un llamativo collar con el cual la ahorcaron al costado del cadáver, pero no mucho más.

Cuando se agotaban las ideas de los investigadores, decidieron bucear en las redes sociales de las dos amigas que estuvieron juntas esa noche. Encontraron varios posteos en Facebook que había realizado Cheyenne Antoine mientras su amiga estaba desaparecida, pidiendo ayuda para encontrarla. "¿Dónde estás? No he sabido nada de ti. Espero que hayas llegado bien a casa", fue uno de los ejemplos.

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La foto que complicó a la criminal

Sin embargo, una foto terminó marcando el rumbo de la investgación. Se trata de una selfie que se sacaron las amigas la misma noche del crimen. El detalle: Cheyenne Antoine llevaba puesto un collar idéntico al que luego se encontró al costado del cadáver de su amiga.

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La foto que encaminó la investigación por el crimen.

La foto que encaminó la investigación por el crimen.

Esta prueba más algunas contradicciones en sus relatos la terminaron acorralando. La joven terminó detenido y tres años después admitió haber cometido el crimen, por lo que terminó condenada a 7 años de prisión. La asesina aseguró que tras una noche de alcohol y drogas, tuvieron una discusión que se le terminó yendo de las manos. "Nunca voy a perdonarme. Nada de lo que diré o haré la traerá de vuelta. Lo siento tanto, tanto… No debería haber sucedido nunca", dijo tras su sentencia.

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